viernes, 9 de diciembre de 2022

SEGURIDAD Y SU MANEJO ESTRATÉGICO

 Deseo reiterar que, los responsables de los servicios público - privados, han de realizar esfuerzos añadidos para mejorar una rutina turística que trasmite la idea de que todo se encuentra en orden, aunque son conscientes de que, todavía es necesario “hacer algo más”.

Gestores que, siendo los primeros en percibir esta tensión, han de considerar que sus empresas y entorno, no solamente son sistemas productivos, sino que también pueden llegar a ser generadoras de experiencias y servicios destructivos. Se trata de responsables que habitualmente, discuten sobre la excelencia, el éxito, el crecimiento y el liderazgo turístico y de los servicios, además de tener que identificar, discutir e implicarse sobre los potenciales fracasos, deterioros, violencia y hasta muertes.

Gestores que van desarrollando su capacidad de imaginar lo peor, lo impensable e inenarrable como base para desplegar procesos que eviten tales sucesos.  Y es que las crisis “no suceden porque sí y basta” y menos las generadas por el hombre de manera premeditada.

Con ello, iría surgiendo una nueva filosofía corporativa con un fuerte impacto en la excelencia social y sectorial de Quintana Roo, que dotaría de mejoras en sus productos y servicios, amén de protegerles integralmente de sus características y consecuencias más peligrosas.

Por añadidura, que el espejismo de unas cifras que se mantienen - mejoran, no suponga el bajar la guardia ya que, siguen pendientes aspectos varios, como la cuestionada capacidad de interlocución ante los representantes de los países emisores más significativos, hecho que genera zozobra e inestabilidad a raudales. Esa nueva excelencia social y sectorial le dotaría a Q. Roo de mayor fuerza estratégica y argumental ante el “examen periódico” que supone participar en dichas reuniones.  Exigencia de la exportación vía turística. 

Iñaki Garmendia Esnal. 

Publicado en la revista Oveja Negra. Cancún, Quintana Roo, México

jueves, 10 de noviembre de 2022

NOTICIAS DE MEXICO COMO DESTINO

 Las noticias de México en el exterior hablan de una violencia y corrupción que va penetrando entre sus diferentes capas sociales, aunque también se emiten otras realidades más edulcoradas, en gran medida vinculadas a su sector turístico, por su claro componente ocioso y recreativo.

Además, considero que existe una imagen generalizada del país, que resta valor a muchas de sus especificidades y riqueza de matices, por lo que, se puede afirmar que la marca y paraguas global “México” sigue siendo su principal referencia geopolítica y de trato.   

Una imagen que está adquiriendo visos cada vez más negativos porque, aun existiendo diferentes verdades y realidades, todas noticiables, son las más traumáticas las que adquieren mayor repercusión, por la gravedad de los hechos y porque mayormente, colisionan con los “parámetros de normalidad” que prevalecen en otros países y mercados.    

Pensemos que, ante la presente inseguridad, sociedad y sector se ven obligados a adaptarse y convivir peligrosamente con ella, lo que va modificando, desvirtuando, dificultando y encareciendo sus formas de vida y costumbres. Y todo ello, y aunque duela, tiene su reflejo en el exterior.

Evitemos pues el seguir utilizando medias verdades e iniciativas puramente cosméticas ya que, la velocidad de las noticias, las cuestionan y ponen en evidencia de inmediato. Pensemos que está en juego la credibilidad de todo un país y el desafío que ello representa para sus tres niveles de gobierno.

En definitiva, no hay seguros que den cobertura a la raíz de su violencia, ni a su correspondiente onda expansiva. Es tiempo de la generosidad estratégica y en red, para aumentar la fiabilidad interna y de su correspondiente proyección.

Iñaki Garmendia Esnal

Articulo publicado por la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México

jueves, 3 de noviembre de 2022

INSEGURIDAD SECTORIAL Y EMOCIONAL.

 La idea de crisis en el turismo, es un aspecto que no se llega a exponer abiertamente porque se intenta proteger al sector, aunque todos sean conscientes que pueden verse afectados por realidades violentas e inseguras hasta en las zonas más recónditas de Quintana Roo.

Sí, también en sus lugares más exclusivos, en sus establecimientos all inclusive y en unos clientes de proximidad que, son las fórmulas y personas que supuestamente, mejor se adaptan a este tipo de situaciones. Y es que, nadie absolutamente nadie, está a salvo de esta ola violenta. Es algo latente, explícito a la vez que velado, y donde se tiende a mostrarse de la forma más “normal y natural” posibles.

Si nos centramos en su espacio físico, vemos que cada vez es menos utilizado, perdiendo mucha de su capacidad de convivencia y producción, y donde sus (nuevas) edificaciones tienden a encastillarse, ofertando como alternativa más aconsejable, una mayor y mejor vida privada.

Si analizamos a sus organizaciones, vemos que continúan desarrollando iniciativas limitadas para los tiempos que toca vivir. Y es que hay dimensiones del binomio seguridad y turismo que no se explican porque unos desean avanzar y otros esperar al tratarse de escenarios superpuestos y enrevesados.

Y todo esto tiene su fiel reflejo en una ciudadanía y profesionales que se ven obligados a gestionar sus emociones sin perder un ápice de su saber - hacer. Con este bagaje, han de manejar entornos, relaciones, establecimientos, procesos de trabajo y recursos humanos cuando, por añadidura e íntimamente, se ven condicionados por presiones inconfesables, hasta para sus más allegados. Para todos ellos, mi más profundo reconocimiento y admiración.  

Iñaki Garmendia Esnal

Articulo publicado por la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México 

INSEGURIDAD Y ACCIONES DE MARKETING

 Cuando los países y destinos tienen problemas de seguridad, amplían sus argumentos para que dichas carencias puedan verse recubiertas por todo un conjunto de activos de muy diferente naturaleza.

El turismo es un claro ejemplo ya que, utilizándolos habitualmente, llega a generar y proyectar “imágenes y realidades positivas” tan necesarias y beneficiosas para todos y donde, el marketing turístico juega un papel fundamental ya que evita cualquier vinculación con la violencia e inseguridad, aunque pese a su empeño, sus acciones se ven frecuentemente cuestionadas y superadas.

Campañas que, han ido adquiriendo una “posición de combate” frente a las adversidades y peligros, llegando a ser percibidas como el principal “elemento salvador turístico” además de tener que seguir encubriendo la debilidad estructural existente. 

En este sentido, Cancún y Quintana Roo, siendo destinos muy estables y consolidados, continúan sin desarrollar sus políticas de transformación, Y es que, la inseguridad imperante lo vuelve todo más complejo y contradictorio, con una “condición turística” que ve más limitada su implicación en unas responsabilidades de nuevo cuño.  

 Por añadidura, creo que se sigue añorando en exceso los gloriosos tiempos pasados, demorando las actuaciones sobre un futuro donde ha de primar, una “nueva ética” con unos ciudadanos y turistas convertidos en el centro de gravedad de toda transformación y proyección. Por lo tanto, se han de ir imponiendo campañas con mayor solidez argumental cuyo objetivo sea la recuperación de un prestigio que actualmente genera dudas. El hacer atractiva y compatible esa nueva diversidad de factores es labor de todos, gestores y publicistas.

 Nadie dijo que fuera sencillo diseñar campañas realmente ajustadas a destinos que conviven con la inseguridad. Palabra de mercadólogo.   

Iñaki Garmendia Esnal

Articulo publicado por la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México

PUNTOS ROJOS; PAPEL INSTITUCIONAL EN Q. ROO Y MEXICO.

 Deseo hacer referencia a la repercusión negativa que tiene la violencia e inseguridad en espacios y tiempos concretos y no tan concretos, me refiero a los puntos rojos que, volviéndose habituales, inciden sobremanera en la reputación y calidad de los servicios genéricos y turísticos.

 Se trata de situaciones críticas donde la ciudadanía se acomoda con “mayor viveza” que los turistas y visitantes. La diferencia estriba en la “familiaridad y adaptabilidad” de los lugareños a este tipo de ambientes, donde los turistas normalmente son informados una vez han llegado al destino y no antes, mediante las llamadas “recomendaciones prácticas”.    

Puntos rojos que, además influyen injusta y desproporcionadamente en los territorios limítrofes y por extensión en el resto del país, lo que llega a exasperar a sus gestores que se ven obligados a utilizar todo tipo de estrategias y tretas para contrarrestar su alta vulnerabilidad.   

 Ante ello, considero y reitero que la institución turística mexicana, ha de adoptar un papel mucho más visible y proactivo, basado en políticas de erradicación de la violencia - incidencia en el sector, sin que ello le suponga inquietud alguna, y donde quede clara su implicación ante un escenario que lo lleva exigiendo permanentemente.

En todo este contexto, no sería descabellado desarrollar ciertas “experiencias piloto” que, demostradas su acierto y oportunidad, tuvieran su correspondiente “efecto demostración” en otros territorios - destinos con parecidos problemas.  

 Todo antes de llegar a lo que denomino, “memoria episódica negativa”, que hace referencia al recuerdo de momentos, lugares, emociones y sucesos que, aun pasado el tiempo, siga poniendo en entredicho las virtudes de Quintana Roo y México como destino y nación. Se imponen pues, tiempos de nuevos consensos para un sector clave… 

Iñaki Garmendia Esnal

Articulo publicado en la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México

MANEJO E INTERESES EN TIEMPOS DE INESTABILIDAD (y II).

 Es de justicia reconocer los esfuerzos que, en materia de seguridad, se están realizando por la rápida recuperación turística además de velar por una ciudadanía que se está viendo sometida a una fuerte presión física y emocional. Pero probablemente, sigan siendo esfuerzos escasamente vertebrados que, desgraciadamente, puedan serlo mucho más, si se siguen basando en enfoques puramente continuistas.

Y es que, está probado que la complejidad del hecho turístico y su seguridad generan perplejidad y desconcierto que, junto a una visión subjetividad de la realidad, se convierte en un galimatías que, más que ayudar, llega a desorientar al sector y a las posibles soluciones.

Ante ello, considero que el desarrollo de una “confianza razonada” puede ayudar a superarla. Confianza que acerque mundos tan dispares como la gestión policial - judicial de la seguridad con la singularidad y necesidades propias del sector y viceversa. Es seguro que surjan espacios de conocimiento y desconocimiento mutuos pero enriquecedores ya que la tendencia es que se deban de ir gestionando factores hasta ahora insospechados.

Por lo tanto, llega el momento de ir incorporando vías escasamente convencionales hasta que formen parte del quehacer diario de Q. Roo. Se impone pues, la calma y la abstracción para identificar el nuevo marco o contexto de seguridad socio – turístico.

Y es que, los turistas desean tener la certeza de que disponen una estructura o servicio que les garantice su seguridad integral. Como el caso de los autos, desean que la oferta de Q. Roo incluya su seguridad como un “equipamiento de serie”. Teniendo en cuenta este objetivo finalista, todo se volverá más fluido y comprensible con una calidad de vida y reputación que tenderán a mejorar sustancialmente…

Iñaki Garmendia Esnal

Articulo publicado en la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México

MANEJO E INTERESES EN TIEMPOS DE INESTABILIDAD (I).

 Como premisa inicial, se ha de considerar que, la actividad turística de Quintana Roo es más vulnerable que, cualquiera de sus otros sistemas económicos y productivos. Y es que, la violencia no es un hecho ensimismado, sino que se expande entre la mayoría de sus componentes, por lo que, el sector se ve obligado a tomar decisiones que “garanticen su seguridad en entornos inseguros”. 

Pensemos que la violencia abarca espacios “turísticos y no turísticos”, donde el conteo de turistas, víctimas, focos rojos, hechos delictivos y despliegues judiciales y policiales, son importantes, pero no determinantes, si no van acompañados de movimientos de mayor calado.

Llegados a este punto, son las acciones de vigilancia–persuasión y de marketing las más utilizadas para mitigar esa inestabilidad. Acciones que una vez se ven sobrepasadas, surge todo un conjunto de movimientos frenéticos, a remolque de los acontecimientos y con escaso poder de convicción y todo; ante unos interlocutores mayormente externos, que conocen perfectamente la realidad. Paralelamente, existen intereses y clientes familiarizados que, procedentes de mercados de proximidad, siguen apostando por un Quintana Roo que, con algunos equilibrios, intenta mantener su compostura como sociedad y destino.

Y es que, se ha instalado un temor y ansiedad discreto y generalizado, desde donde parten iniciativas voluntariosas, pero todavía insuficientes, ya que no son capaces de frenar ese descrédito acompasado al que parece estar abocado. Recupérese pues el clima socio–turístico, a través de una diferente y valiosa participación del turismo en los procesos de seguridad de Quintana Roo. Sus aportaciones se volverán fundamentales. Cuestión de un “nuevo rigor” no exento de tacto y estéticas especiales.  

Iñaki Garmendia Esnal

Articulo publicado en la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México

HACIA UNA AUTENTICA SEGURIDAD TURISTICA Y SOCIAL EN QUINTANA ROO

 Desde hace varios años, la actividad turística sigue demandando la seguridad que se merece y necesita. Al tratarse un sector atomizado soy consciente de su dificultad, ya que su producción no solamente se basa en su estructura empresarial, sino que ésta, ha de ir unida a la seguridad integral de su entorno, para así alcanzar el nivel de competitividad deseado.    

De esta realidad, nadie se puede escapar por mucho que se intente. Por muchos parches y atajos que se utilicen, por el “esta vez no me tocó”, por el “no es para tanto”, por las campañas maquillaje, por los esfuerzos en acciones de RRPP y hasta con cifras de signo positivo; la inseguridad afecta, aunque se disimule, porque el país y la actividad aconsejan no generar más alarma de las que ya soportan.

En este escenario de clara dependencia, la mayoría de las partes se ven desbordadas por factores que no controlan, lo que da a entender que se sigue careciendo de las políticas adecuadas. Y en este sentido, considero que la capacidad de interlocución del turismo dentro de las instituciones estatales y federales, ha de verse reforzada si se desea recuperar un prestigio, cada vez más cuestionado.   

Interlocución turística basada en propuestas novedosas que recuerden su complejidad y la doble necesidad de seguridad. Superemos pues, esas actuaciones bienintencionadas pero carentes del barniz segur - turístico necesarios, que se traducen en un sector que sigue soportando percances ajenos e irresolutos. Soy de la opinión que, con un nuevo reparto de funciones estratégicas y una diferente implicación turística, la calidad de vida y oferta de Quintana Roo, tenderá a mejorar sustancialmente.  El reto, sigue pendiente…

Iñaki Garmendia Esnal

Articulo publicado en la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México 


miércoles, 15 de junio de 2022

HACIA UN NUEVO CONTEXTO Y MARCO TURÍSTICO Y DE LOS SERVICIOS

Nunca habíamos sentido tanta necesidad por viajar, hasta que nos hemos visto privados de ella, hecho que se ve condicionado, por nuevos y no tan nuevos parámetros y exigencias que se dan, tanto entre los gestores de los destinos como entre los turistas y consumidores. Y es que, pasada la pandemia, surgen otros factores de inestabilidad como la guerra de Ucrania, la política y geopolítica mundial, la llegada de una posible hambruna, un nuevo colapso económico, además de la urgente adaptación de los destinos a esos u otros motivos más triviales.

Por añadidura, debemos admitir que, el turismo es un fenómeno del que todo el mundo entiende y opina, lo que da lugar a que se den posturas encontradas. Es parte de su grandeza, la de un sector al que la mayoría desea vincularse por su componente ocioso, hedonista, vacacional, recreativo, etc., etc., y por propiciar el acceso a diferentes países, sociedades, culturas, tradiciones...

Situación que, con las nuevas tecnologías, da pie a que esté en boca de todos, con ideas muy diversas y subjetivas, pero todas respetables, que pueden llegar a generar presión y atención añadidas y que, deberán de tenerse en cuenta por todos sus agentes.

Y es que, nos adentramos, en un escenario donde se da el binomio conocimiento – desconocimiento, donde se puede admitir-renegar del turismo a través de posturas y visiones favorables - desfavorables. Y todo, en unos tiempos, donde se tiende a cuestionar y descodificar con suma facilidad lo existente - inexistente, mediante la aparición de ciertas posturas preconcebidas, mecanismos inducidos, comentarios sesgados, información manipulada, el uso de ideas falsas y poco testadas, etc., etc., y; lo más peligroso es que, todas ellas pueden llegar a ser presentadas como verídicas e irrebatibles.

Y es que estamos hablando de un sector atomizado, dependiente y multidisciplinar, al que se incorporan y descabalgan determinados elementos y funciones, lo que hace que su capacidad de “poner orden” se convierta en factor determinante de su actual y futura competitividad.  

Pero pese a todo, el sector sigue asentado y mostrándose resiliente aunque, en escenarios cada vez más abruptos y con (nuevas) incertidumbres, por lo que, sería aconsejable que el turismo dispusiera de un nuevo marco o contexto de contenidos y relaciones, para reforzar su estatus con medidas y políticas lo más concluyentes posibles.

Para ello, se parte de la actual distribución de poderes y responsabilidades públicas, desde donde se diseñan y se envían servicios bienintencionados que se incorporan a la actividad con sus respectivas visiones y patrones y ante los que, el sector debe adaptarse y entrelazarlos con otros servicios para que la prestancia turística y social no quede desequilibrada sino mejorada.  

Se trata de “servicios satélites” que surgen y se incrustan por exigencias ajenas y colaterales, que no afectan a otros sistemas de producción, pero que sí alteran e inciden en la producción y reputación del sector e instituciones.  

Ante esta tesitura, es lógico pensar que el turismo desee disponer de un entramado que le permita desarrollar sus funciones con una mayor comprensión, fluidez, naturalidad y con las herramientas y políticas más ajustadas a su responsabilidad y quehacer diario.  

De ahí, el objetivo de disponer de un nuevo marco o contexto donde sus responsables interioricen que lo fundamental para su consolidación, parte de controlar todo un conjunto de procesos para generar acercamientos en base a “reglas no establecidas” y todo, de la manera más oportuna y precisa posibles.  

Y es que, en un entorno tan cambiante y fragmentado donde todos tenemos la facultad de opinar, el reconocimiento de la actividad turística vendrá dada por su capacidad de “poner orden” y generar contextos que mejoren la actual maraña de relaciones turísticas y no turísticas. 


lunes, 25 de abril de 2022

COMO SUPERAR EL TEMOR Y LA ANSIEDAD DE LOS DESTINOS (IN)SEGUROS


 En la mayoría de los casos de violencia e inseguridad en el sector turístico, se constata algo muy trillado, que su actividad y responsables tienden a utilizar herramientas y procesos habituales de “destinos normales y seguros”.

Da lo mismo que la violencia e inseguridad tenga una raíz religiosa, nacionalista, de salud, militar, económica, territorial, de violencia interna y social, de catástrofes por alteración del medio, puntual o asentada en el tiempo, etc., etc., al final, el sector sigue interactuando sobre sí mismo, dando la sensación, que salirse de su zona de confort le puede volver más vulnerable e impreciso.

Su ideal continúa siendo “la vuelta a una pasada normalidad” pero, vivimos un tiempo cada vez más inconsistente y “menos normal” que nos exige superar actitudes defensivas y orientarnos hacia nuevas realidades sociales y turísticas que nos obligan a adaptarnos paulatinamente. Adaptación a regañadientes, porque persiste un rechazo que se refleja en consignas y soluciones excesivamente simples, aunque también se ha de hacer mención que, como sector, no dispone de los útiles necesarios para la mejora de un entorno social que, le es fundamental para su competitividad. 

Ello supone que los responsables turísticos que conviven con la violencia no tienen claro que funciones han de desempeñar, donde la narrativa de la ansiedad y temor personales y profesionales se vuelven enrevesados ya que no se acaba de entender porque se ven tan injustamente afectados por una violencia que nada tiene que ver con su actividad.

Realidades violentas e inseguridad donde sus gestores públicos sufren fuertes desgastes físicos e intelectuales que tienden a poner en marcha soluciones sencillas, pero que son escasamente efectivas para tiempos de incertidumbre. Para evitarlo, y conociendo el motivo principal que ocasiona ese temor y ansiedad incontrolados, sería aconsejable comprender cómo se llega a distorsionar el conocimiento turístico y de los servicios, se deforman las percepciones de sector y destino, y se cuestionan trayectorias hasta ahora exitosas.

Y es que toca vivir, en un mundo cada vez más dependiente, complejo y ambiguo, donde sería recomendable revisar los propios mecanismos y así esquivar esas propuestas milagrosas que parten de unas “burbujas turísticas” peligrosas e irreales. Hecho que lleva a reducir contactos y relaciones habituales, cuando, el momento exige ampliarlos drásticamente. Por lo tanto, sería adecuado reservar espacio táctico y productivo, para acercarse y comprender más profundamente “al mal” ya que no se sabe qué hacer para evitarlo.

Si se esquiva este compromiso, el sector se sentirá “marginado e irritado” porque no se le presta la atención debida, lo que se traduce en una pérdida de lucidez y poder de interlocución, con el consiguiente aumento de un temor y ansiedad que van erosionando su tejido social y sectorial, amén de irse impregnando de una desconfianza que le impide avanzar. Por todo, resulta necesario restablecer las relaciones transversales y en red propias de toda actividad turística que se precie. Junto a ese restablecimiento de relaciones que le son familiares, el sector debería inmiscuirse y relacionarse con sectores atípicos que, en muchos casos, pueden ser vistos como la antítesis de un “proceder turístico normal” pero que en las circunstancias que le toca desarrollar la actividad, pueden ser de vital importancia para su suerte.

Llegamos a un punto donde es muy habitual medir las diferentes capacidades de influencia y poder, diseñar y transmitir los procesos que se consideran imprescindibles para el normal funcionamiento de países y destinos turísticos. Pero no estaría de más, que se hiciera algún lapsus para revisar las intrincadas conexiones – desconexiones que condicionan el desarrollo normal de su actividad más, en tiempos de inseguridad e incertidumbre.  Entraremos en escenarios inhabituales como paso hacia un nuevo saber y avance de conocimiento.    

 

 

miércoles, 30 de marzo de 2022

EL TURISMO COMO FACTOR GEOESTRATÉGICO Y DE REALPOLITIK

 

De nuevo, y como no podía ser de otra manera, la invasión de Rusia a su vecina Ucrania está teniendo consecuencias negativas a nivel mundial, incluido el sector turístico y de los viajes. Qué duda cabe que su actividad está fuertemente ligada a sus recursos físicos ya que, sus procesos mecánicos de producción y de los servicios, han de estar interrelacionados con un entorno consignatario de los principales motivos de atracción. Por lo tanto, cualquier alteración física y social de dichos escenarios, se vuelven radicalmente en contra de su sistema productivo. 

Si analizamos las estructuras orientadas expresamente a su seguridad, vemos que existen programas y servicios de asistencia al turista. Se trata de un tipo de servicio finalista que forma parte, normalmente de estructuras de seguridad más genéricas. 

Con la llegada de esta invasión y guerra, comienzan a imperar conceptos como la geoestrategia y geopolítica, la “normalidad turística necesaria” se resiente “esperando que escampe” y buscando afanosamente fórmulas alternativas. Se da entonces a conocer los efectos económicos, los sobrecostos, la alta dependencia de ciertas materias primas, el freno en los flujos y transportes, la inseguridad real y percibida y todo tipo de desajustes que impiden el normal funcionamiento del sector.

Estoy hablando pues, de unas estructuras público- privadas, creadas para gestionar procesos muy definidos, con su diversidad de agentes, proveedores e intereses perfectamente delimitados y, con unas nuevas tecnologías que facilitan su interrelación y desarrollo.   

Pero ante la reiteración de las crisis que está soportando, sería conveniente que este sector turístico y exportador vaya depositando sus esperanzas en llegar a participar en estructuras e iniciativas de mayor y diferente calado ya que, las actuales por sí solas, le hacen sentirse dependiente y vulnerable.

Por ello, sería aconsejable que la actividad turística además de su papel socioeconómico vinculado a la cultura del ocio y el hedonismo, fuera capaz de aportar su granito de arena en aspectos geoestratégicos y geopolíticos, pudiendo convertirse en apoyo y desatascador de situaciones y escenarios enrevesados.  

Y es que, en los próximos años, es más que probable que, la actual geoestrategia y geopolítica deba de irse dotando de otros elementos y tácticas además de las militares, sociales y de política integral. En este sentido, los movimientos y desplazamientos de las personas, más complejos y sensibles que las de cualquier producto y mercancía, junto con sus habituales formas de vida y costumbres, se ven gravemente alteradas por las guerras y los diferentes niveles de violencia e inseguridad existentes en el planeta.

Por el contrario, una actividad segura se convierte en la herramienta clave para la imagen, credibilidad y confianza de personas, países y regiones, convirtiéndose en uno de los factores más importantes de autoestima y autorrealización a nivel global. Hablamos pues, de una de las expresiones más válidas y elevadas del trayecto experiencial de nuestras vidas. Y eso no deja de tener un valor incalculable desde cualquier punto de vista, incluida la geoestrategia y geopolítica.

Con la llegada del Covid 19, comenté la conveniencia de disponer de nuestra propia “vacuna anticrisis” basada en una nueva visión y cogobernanza que fuera capaz de unir a diferentes respetando la pluralidad institucional de la que se parte. En otra ocasión, hice hincapié en la necesidad de poner en marcha “políticas circulares en materia de seguridad turística”, como un mayor y mejor aprovechamiento de las estructuras públicas existentes. Quizás sean los escalones intermedios a cubrir para que el sector llegue a estar presente en la llamada realpolitik.

En definitiva, no desecho que, más pronto que tarde, iniciativas de geoestrategia y realpolitik utilicen premeditadamente argumentos turístico – hedonistas y de proyección - promoción para ayudar a resolver escenarios y problemas espinosos y enquistados.

La responsabilidad, está en manos de los poderes políticos el que acometan las iniciativas desde la necesaria y novedosa transversalidad interinstitucional.

Iñaki Garmendia Esnal. Experto en Gobernanza y Seguridad en el Turismo.

 

 

 




domingo, 30 de enero de 2022

ISLA DE LA PALMA; EN MODO GESTIÓN DE LA CRISIS.

                                            


Se acabó la larga erupción del volcán y su reguero de destrucción que ha dejado en la parte física y social de la isla. Finalizó el hecho diferenciado, extraordinario, fácil de proyectar y de ser percibido tanto desde las cortas como las largas distancias. Se acabó la demostración de una fuerza de la naturaleza que nada ha podido frenarla, aunque sigue dando algún que otro coletazo. Por añadidura, van desapareciendo los focos y los medios de comunicación y con ello parece que “La Palma, está dejando de ser noticia”.

Culminada esa fase, da la impresión que la crisis está perdiendo el protagonismo y gravedad que se le supone, pero sus secuelas están ahí, y con ello, llega el momento de gestionar – superar sus efectos, que son tan importantes o más que la causa que los generó.

Una actividad que carece de referencias pretéritas, y donde las rutinas habituales quizás no estén en consonancia con el tipo de servicio que se precisa. Se trata de un escenario novedoso con la presencia de un amplio abanico de instituciones y procedimientos, que trascienden de las competencias y responsabilidades habituales, ya que hablamos de una crisis de grandes dimensiones.

Situación que obliga a sus gestores a hacer coincidir intereses y objetivos muy dispares. Así, sería aconsejable que éxitos de tipo económico tuvieran su reflejo a nivel social y medioambiental y viceversa, mediante el desarrollo de esfuerzos proactivos con agentes de muy diversa procedencia, a los que denomino “grupos de interés”.   

Y ante esta prioridad, no sería nada descabellado considerar que su gestión se convirtiera en proveedora de futuras ventajas competitivas, que orienten a la isla hacia escenarios de liderazgo, de excelencia y de referencia para crisis venideras. Pero, siendo muy conscientes que se parte del peor escenario ya que, en algunos casos, no se podrá volver a la añorada época anterior. Se trataría pues, de una gestión de crisis que posibilite extender y modernizar, de la manera más justa y equitativa, el nuevo contexto social y productivo de la isla.  

Gestión – superación donde se da por sentado que la solidaridad y la dotación de fondos y recursos están llegando para quedarse. Una “sobredotación de recursos” que, sería aconsejable que fuera arropada por estructuras técnicas especiales, ya que todos se están viendo sobrecargados por la dimensión de las nuevas tareas y responsabilidades.

Crisis que, debido al gran impacto humano que ha tenido y tiene en la sociedad isleña, debería de ir creando espacios de convivencia, de encuentros, de reciprocidad y conexión. En este apartado, conviene hacer mención la más que probable aparición de procesos de tensión y ansiedad, tanto entre los destinatarios como entre los administradores.  Un mayor y firme compromiso de las instituciones con la gestión de la crisis y un conocimiento exhaustivo de la conducta implacable de los volcanes, facilitaría la distensión y comprensión entre todas las partes.   

En materia de comunicación, y ante una demanda de información finalista que no cesa, la gestión de la crisis se está viendo obligada a divulgar sus atractivos con sus “últimas novedades” y paralelamente, ve aumentada la información a nivel local, la emisión de los procesos de recuperación, la ampliación de los vínculos con los “grupos de interés”, el mayor esfuerzo en acciones de relaciones públicas, etc., etc.  

En definitiva, la gestión de esta crisis si desea solucionar alguno de sus muchos frentes, debería de solucionar “el todo”, priorizando con ello los criterios y políticas de compatibilidad.  La isla de La Palma ha de convertirse en referencia en superación de crisis, en un perfecto mecano que sea capaz de acoplar sus diferentes sensibilidades, y todo dentro de la necesaria mesura para no generar más alarmas de las que ya soporta.