Las noticias de México en el exterior hablan de una violencia y corrupción que va penetrando entre sus diferentes capas sociales, aunque también se emiten otras realidades más edulcoradas, en gran medida vinculadas a su sector turístico, por su claro componente ocioso y recreativo.
Además, considero que existe una
imagen generalizada del país, que resta valor a muchas de sus especificidades y
riqueza de matices, por lo que, se puede afirmar que la marca y paraguas global
“México” sigue siendo su principal referencia geopolítica y de trato.
Una imagen que está adquiriendo
visos cada vez más negativos porque, aun existiendo diferentes verdades y realidades,
todas noticiables, son las más traumáticas las que adquieren mayor repercusión,
por la gravedad de los hechos y porque mayormente, colisionan con los “parámetros
de normalidad” que prevalecen en otros países y mercados.
Pensemos que, ante la presente inseguridad,
sociedad y sector se ven obligados a adaptarse y convivir peligrosamente con
ella, lo que va modificando, desvirtuando, dificultando y encareciendo sus
formas de vida y costumbres. Y todo ello, y aunque duela, tiene su reflejo en
el exterior.
Evitemos pues el seguir utilizando
medias verdades e iniciativas puramente cosméticas ya que, la velocidad de las
noticias, las cuestionan y ponen en evidencia de inmediato. Pensemos que está
en juego la credibilidad de todo un país y el desafío que ello representa para
sus tres niveles de gobierno.
En definitiva, no hay seguros que
den cobertura a la raíz de su violencia, ni a su correspondiente onda expansiva.
Es tiempo de la generosidad estratégica y en red, para aumentar la fiabilidad interna
y de su correspondiente proyección.
Iñaki Garmendia Esnal
Articulo publicado por la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México
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