jueves, 3 de noviembre de 2022

MANEJO E INTERESES EN TIEMPOS DE INESTABILIDAD (I).

 Como premisa inicial, se ha de considerar que, la actividad turística de Quintana Roo es más vulnerable que, cualquiera de sus otros sistemas económicos y productivos. Y es que, la violencia no es un hecho ensimismado, sino que se expande entre la mayoría de sus componentes, por lo que, el sector se ve obligado a tomar decisiones que “garanticen su seguridad en entornos inseguros”. 

Pensemos que la violencia abarca espacios “turísticos y no turísticos”, donde el conteo de turistas, víctimas, focos rojos, hechos delictivos y despliegues judiciales y policiales, son importantes, pero no determinantes, si no van acompañados de movimientos de mayor calado.

Llegados a este punto, son las acciones de vigilancia–persuasión y de marketing las más utilizadas para mitigar esa inestabilidad. Acciones que una vez se ven sobrepasadas, surge todo un conjunto de movimientos frenéticos, a remolque de los acontecimientos y con escaso poder de convicción y todo; ante unos interlocutores mayormente externos, que conocen perfectamente la realidad. Paralelamente, existen intereses y clientes familiarizados que, procedentes de mercados de proximidad, siguen apostando por un Quintana Roo que, con algunos equilibrios, intenta mantener su compostura como sociedad y destino.

Y es que, se ha instalado un temor y ansiedad discreto y generalizado, desde donde parten iniciativas voluntariosas, pero todavía insuficientes, ya que no son capaces de frenar ese descrédito acompasado al que parece estar abocado. Recupérese pues el clima socio–turístico, a través de una diferente y valiosa participación del turismo en los procesos de seguridad de Quintana Roo. Sus aportaciones se volverán fundamentales. Cuestión de un “nuevo rigor” no exento de tacto y estéticas especiales.  

Iñaki Garmendia Esnal

Articulo publicado en la revista Oveja Negra. Cancún. Quintana Roo. México

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