viernes, 12 de enero de 2024

MIS ARTICULOS; REALISMO, DUDAS, CONTRADICCIONES…

 Nuestra querida Mariana, me invitó a que escribiera un artículo mensual sobre un tema tan palpitante como la (in)seguridad, aspecto que lleva instalado bastante tiempo en el sustrato social y sectorial de Quintana Roo.

Estado con un patrimonio, fauna, flora, legado histórico, sus gentes, sus modernos equipamientos, con cinco décadas generando riqueza y unas cifras que así lo acreditan; lo que hace difícil imaginar que la inseguridad y violencia van a ser capaces de doblegar todo este inmenso deleite.

Partiendo de ello, intento evitar que mis escritos se conviertan en meras piezas técnicas y bucólicas, que escribo sobre seguridad porque puntual y reiteradamente se carece de ella, con sus contradicciones y oscilaciones en los estados de ánimo.

Deseo reflejar, que nos declaramos vulnerables pero hasta cierto punto, que al orgullo e interés local le cuesta admitir que le acompaña la inseguridad para de inmediato clamar por su incidencia, que las burbujas de confort generan cada vez más dudas y por lo tanto exigen más garantías, que el entorno turístico va a tener más influencia sobre las zonas perimetrales y viceversa, que la inseguridad hace que se “deban retorcer” ciertos servicios, que el “cómo nos ven” inquieta, que el papel social y turístico hace que la seguridad se vuelva decisiva para los intereses generales…

A través de ello, intento ir analizando actitudes y comportamientos en escenarios de riesgo y presión para aportar mi granito de arena al futuro inmediato de Quintana Roo para que así, disponga de una mayor solidez y capacidad de respuesta ante demandas cada vez más complejas y exigentes y no solamente las vinculadas a la seguridad.

En definitiva, parece aconsejable seguir realizando esfuerzos “atípicos y añadidos”. Todo ello, me permite afirmar que son ustedes unos auténticos profesionales, con una gran adaptabilidad y rabiosamente humanos.

Gracias por permitir que les acompañe.

Artículo publicado en la Revista Oveja Negra de Cancún México 

QUINTANA ROO; “DETERIORO NO RUPTURISTA”

 Si partimos de la premisa que una muerte violenta se convierte en tragedia y si son miles se transforma en un hecho puramente estadístico, podemos estar refiriéndonos a nuestra realidad interna donde violencia e inseguridad ocupan espacios y formas que por su reiteración se van convirtiendo en el estereotipo negativo y revelador del país y en el argumento más significativo para convertirse en noticia negativa.

Paralela y afortunadamente, las cifras del sector turístico de Quintana Roo superan records históricos lo que habla bien a las claras de su competitividad pese a desarrollar sus funciones en espacios sustancialmente mejorables.

Esta dualidad hace que se haya consolidado lo que denomino un “deterioro no rupturista” que da pie a actitudes cada vez más sutiles a la vez que peligrosas, por sus particulares formas de degradación. Lo que hace que se sobrelleve mejor los límites que impone la violencia e inseguridad que los que debiéramos ponernos a nosotros mismos para acceder a las metas que decimos perseguir.

En este sentido, admitamos que la gestión de la seguridad es simbólica y con escaso poder transformador, resultando una práctica perjudicial hasta para sus propios responsables que, al primar lo establecido con su alto grado de inflexibilidad, hacen que sigan cuestionados social y sectorialmente y, dando la sensación que “no se puede hacer gran cosa” que es una forma entusiasta de gestionar su impotencia y todo, mediante motivos y explicaciones que tienen como objetivo encubrir sus limitaciones.

Por ello, priorizar esos principios hace que los cambios sigan siendo muy reducidos, aunque la actualización tecnológica de algunos procesos y herramientas, que no sus políticas y contenidos, puedan dar la sensación contraria.

En definitiva, estos comportamientos hacen que sigan presentes las dudas e inquietudes sobre la competitividad turística y social ya que sigue habiendo mucho en juego en el escenario quintanarroense. 

Articulo publicado en la Revista Oveja Negra de Cacún México 


 

QUINTANA ROO; FORTALEZA DEL VECINO INTERCONECTADO

 La seguridad manejada con las habituales formas e instituciones está cada vez más en entredicho al ser un asunto que “compete a todos”. Y es que, si esa seguridad o la falta de ella no tuviera los efectos conocidos, sus responsables podrían seguir contando con una “cierta indulgencia” pero teniendo en cuenta su gravedad, se precisa de un servicio que transite desde su particular modus operandi hacia un mayor compromiso y resultados sociales.

De ahí que fuera recomendable corregir el alejamiento social y sectorial de una seguridad incontestable y con serias dificultades para definir su papel en Quintana Roo.

Por añadidura, sería conveniente recordar que turismo y seguridad parten de diferentes estratos y mutuo descreimiento por lo que el gran reto continúa estando en la integración de procesos que, sorteando toda posible “popularización” permitan ir modificando el modelo de intervención existente.

Por ello, parece oportuno el desarrollo de una gobernanza basada en nuevas conectividades donde la cuestión inquietante es como se resuelve la conexión entre una actividad forjada en base a una violencia diaria y su vínculo con otros colaboradores, sin que ello ponga en riesgo objetivos predefinidos y las enormes ventajas de un futuro escenario estratégicamente interconectado.  

En este contexto, impulsemos el acercamiento interno entre vecinos para dotarnos de mayor apoyo e ir compartiendo esas preocupaciones que tanto atormentan. Incorporación de “ese otro” con una influencia y fuerza insospechadas que también operan en nuestro entorno, con las mismas necesidades de seguridad, pero con diferentes puntos de vista y matices algo realmente enriquecedor. 

En definitiva, creo que sigue pendiente un plus interpretativo para acceder a los objetivos que se dicen perseguir en y para el Estado. Y es que definidos compromisos y contenidos, las nuevas conectividades facilitarían esa necesaria fluidez relacional. 

Artículo publicado en la Revista Oveja Negra de Cancún México

QUINTANA ROO; OASIS TURISTICOS Y FRONTERAS INVISIBLES

 El considerar que los turistas no corren peligro porque la verdadera inseguridad está en las colonias limítrofes, es algo arriesgado porque la violencia sigue presente, aunque se afirme que el “centro de gravedad” se encuentra en esas zonas perimetrales. Ante este escenario, es lógico el deseo de separar y alejar la actividad de cualquier atisbo violento.

Un claro ejemplo son las actuales inversiones, donde priman los llamados “oasis turísticos” como oferta que tiende a aislarse para dotarse de mayor seguridad. Junto a ellos, los establecimientos ya existentes también “se retocan” para disponer de una seguridad más garantista.

Se expande pues, un modelo con mayor concentración de servicios y menor vinculación a los espacios donde están ubicados, lo que se traduce en un descenso en la derrama económica, ya que muchos turistas y ofertas de servicio consideran que no existen suficientes garantías para acceder a determinados espacios abiertos.

Surgen así las “fronteras invisibles” que son traspasadas mayormente por los mexicanos, tema clave ante un posible descenso del turismo internacional, aunque sería aconsejable que dispusieran de un mayor poder adquisitivo y de gasto. Como se ve, la violencia e inseguridad perturba a todos y todo, de ahí la proliferación de todo tipo de “oasis” y “fronteras” que serían largos de citar.

Ante ello, y como intento de adaptación a las consignas que impone la violencia, considero que estas u otras opciones siguen siendo insuficientes. Y es que, ante una violencia desatada, la inestabilidad física y emocional tiene visos de perdurar entre sus instituciones, promotores, territorio, ciudadanía y turistas.

Toca seguir barruntando sobre la posible participación estratégica del sector. El escenario nos empuja cada vez más hacia ello. Es más, lo llevamos haciendo mucho tiempo.

Artículo publicado en la Revista Oveja Negra de Cancún México


QUINTANA ROO; OBJETIVO SUPERAR LA ANGUSTIA.

 No hay duda que Cancún se está convirtiendo en víctima y rehén de todo un cúmulo de circunstancias debido a que la violencia e inseguridad encuentran escasa oposición y resistencia.

Aunque es reconocida la resiliencia turística y las cifras siguen reflejando cierta estabilidad, el daño que se va gestando puede ser irreversible. Ya se habla de un “destino que siendo el mismo es otro diferente” donde la violencia y el miedo llevan aparejadas pérdidas en productividad, ingresos y en gastos distorsionados. En este sentido, la incidencia de la violencia en México y Quintana Roo nos muestra unos costes sustancialmente mayores que los presupuestos gubernamentales destinados para su contención.

Por todo ello, se va imponiendo una tendencia autodestructiva mediante la aparición de conductas peligrosas y de riesgo, se dan por buenas ciertas reducciones de calidad en el servicio y se va consolidando un aislamiento a través de comportamientos impulsivos y de defensa. Hablamos de un entorno “lleno de límites” con una permanente angustia donde la tentación de bajar la guardia está cada vez más presente entre sus agentes y ciudadanía.

El dilema es que pretendiendo mantener las políticas de seguridad conocidas se evitan ciertos riesgos, pero se acentúan otros. ¿Estamos seguros que no revisar los actuales procesos es menos arriesgado que hacerlo? Es lógico que las dudas existan, pero parece más peligroso retrasar la implantación de “otros sistemas más perspicaces” y ajustados a las auténticas demandas sociales y sectoriales.

Por lo tanto, el problema no reside en que ese “otro sistema” sea lo suficientemente eficaz, sino que lo será verdaderamente sólo cuando se logre su equilibrado asentamiento. Hora del talento para conjugar cesiones, incorporar agentes y técnicas sin traspasar ciertas líneas y todo, enmarcado en un relato sólido y convincente. Hay faena. 

Artículo publicvado en la Revista Oveja Negra de Cancún México 

REPUTACIÓN, VALOR A ALIMENTAR

 La opinión pública atribuye a Cancún y Quintana Roo un conjunto de valores que se convierten en factor fundamental para sus intereses público - privados. Es más, empresas e instituciones consideran la reputación como un bien de absoluta prioridad, aunque también se ha de señalar que todos continúan a la espera de un Estado que carece de los resortes necesarios, también en materia de seguridad.

Ante esta realidad, evítese el “no pensar y arrinconar” la inseguridad hecho que se está convirtiendo en actitud dominante sin olvidar que, se sigue avivando la discrepancia sobre la verdad/es de lo que acontece. Se trata pues, de realidades y comportamientos que en nada benefician la reputación e imagen de Cancún – Quintana Roo y México.

Consideremos que la violencia e inseguridad premeditada y forjada por personas contra personas, es uno de los hechos que más repercusión negativa genera en cualquier parte del planeta. Por el contrario, convendría resaltar la aportación estratégica de una seguridad con un claro componente humanitario, y su deriva económica y de convivencia.

En todo este contexto, deseo referirme a una reputación compuesta por elementos tangibles e intangibles, genéricos y específicos, con un empresariado vinculado al entorno y viceversa, donde se demandan iniciativas orquestadas mediante el desarrollo de unas buenas prácticas adicionales y con una fluida comunicación interno-externa. Todo, con el objetivo de reducir diferencias entre el “cómo nos vemos” y el “cómo nos ven”.    

Por ello, se vuelve fundamental un servicio de seguridad más y mejor adaptado, acompañado de otras áreas institucionales y con la aportación diferencial del sector turístico, ya que la reputación quintanarroense y mexicana está formada por un cúmulo de diferentes reputaciones que se enriquecen - empobrecen recíprocamente. Alimentémoslas con hechos y actitudes de clara positividad.  

 Artículo publicado en la Revista Oveja Negra de Cancún México