Hace
unos días publiqué el artículo
titulado “Seguridad Turística; el Arte
de la Influencia. Transmisión de emociones” y, pasados unos días, me dispongo
a redactar la segunda parte del mismo, a través de la correspondiente profundización
de contenidos.
Y
lo hago porque, entre medias, nos hemos topado con otros hechos luctuosos,
violentos e inseguros de “raíz no turística” pero, con una acusada incidencia en
los intereses del sector y en sus respectivos países y destinos.
Como
la frecuencia de los mismos parece que va en aumento, considero que el sector y
sus intereses han de estar mucho más preparados para hacer frente a estos
momentos críticos, en muchos casos irreversibles, lo que hace que cunda, más
aún, el desánimo y la impotencia entre sus responsables. Estamos hablando de momentos muy sensibles y
emotivos que, es conveniente que sean tratados mediante la regulación de nuevos
procesos.
Llegados
a este punto, el denominado “Arte de la Influencia Turística” sería conveniente
que se convirtiera en el paradigma, en la base de una nueva norma y en el embrión de un modelo de relación
efectivo que permita al sector dar a conocer su verdadera situación y, con ello, disponer de nuevas estrategias y
tácticas consensuadas en esos momentos de aislamiento y fragilidad.
Arte
de Influencia Turística que:
·
Sería aconsejable que fuera comprendida y
admitida por el propio sector, “comprender integralmente” la situación cuando
se coincide y convive con la violencia. En este sentido, considero que los
hábitos del sector han de ser revisados profundamente.
·
Lo que llevaría consigo la “revisión de las
actuales prioridades” en la parte pública y privada. El definir la lista de tareas que el sector
ha de asumir - exigir con respecto a los requerimientos de los turistas,
mercados y proveedores internos en momentos de crisis; es algo básico, urgente
y necesario.
·
Por añadidura, el “dar a conocer” esa lista de
tareas a los interlocutores adecuados, los que realmente pueden y deben de colaborar
con el sector; hará que el sector se implique con mayor intensidad y
notoriedad, dando paso a un nuevo escenario de consenso.
Como consecuencia de lo anterior, el preservar
y el realzar esas “nuevas relaciones” ha de volverse objetivo prioritario para
los intereses turísticos y de las diferentes contrapartes. Todos se sentirán
más arropados, participativos y comprensivos con los procesos de seguridad
genérica y específica a desarrollar.
Por
el contrario, si esta idea del “Arte de la Influencia Turística”, no es tratada
con la importancia que se merece; se
tenderá hacia lo fácil, lo agradable, lo popular, lo llamativo y
vistoso del sector, hacia la búsqueda de respuestas milagrosas, el autoengaño, la
reiterada autojustificación, el lamento e impotencia, etc., etc., etc.
Por todo ello, creo que no existe para nuestro sector, nada más importante y
transcendental que su seguridad sistémica.
2 comentarios:
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