En la Actividad turística, el “qué dirán, el cómo nos verán o como nos
perciben” es un aspecto consustancial para su suerte y devenir y por lo tanto, está muy presente en su día a
día.
Y es que, todo destino desea apropiarse de ese
estado o valor que representa la buena reputación para llegar a las mentes y
los gustos de sus clientes, reales y potenciales, y con ello, alcanzar los
objetivos previstos.
Hemos de pensar que la imagen y la reputación
turística son una consecuencia de lo que se hace, de lo que ocurre y de lo que
se dice como destino e interés turístico. De esta forma se va generando un poso
de percepción que, todos deseamos, que sea lo más positivo posible.
Una reputación que parte de los productos,
vivencias y experiencias que surgen de los recursos y atractivos de
“carácter institucional” y mayormente, de la oferta
de alojamiento y de restauración, la ser estos dos subsectores, los más
significativos dentro de la gran maraña de servicios privados.
Además la reputación puede estar
dotada de lo que históricamente haya sido u ocurrido en mi país - destino, al
margen de que la naturaleza de esos hechos tengo o no un carácter turístico.
Por ello, el mantenimiento y la alimentación
continuada de una buena realidad – imagen, irá generando una reputación en
sus destinos y empresas, algo que les
permitirá poder hacer frente a situaciones de crisis e inestabilidad.
Pero cuando surge la inseguridad; la imagen y
reputación de los destinos, puede llegar a resentirse muy profundamente y
generar cierto rechazo.
Para que esa imagen - reputación turística no
se convierta en algo efímero en momentos de crisis, será necesario dotarla de
irrefutables particularidades. Son “situaciones particulares” que requieren de
“actitudes particulares”. Llegados a este punto, considero que se impone lo que
denomino...
“Responsabilidad Social y Sectorial Turística”, como
sinónimo de deber y conveniencia, en materia de imagen y reputación.
Que, en materia de información, sería
aconsejable que…
·
Sea lo más veraz y real posibles.
·
Acumule todo un conjunto de factores
diversos, turísticos y no turísticos, públicos y privados.
·
Sea elástica y adaptada a cada una de las
diferentes audiencias, nichos y públicos objetivo.
· Por derivación, sea capaz de ajustar la
relación turista - destino continuamente, y más en esos momentos.
·
Se imponga la coherencia frente los vaivenes
y contradicciones.
· Disponga de las herramientas y de los
factores de creatividad acordes con la sensibilidad existente.
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