Así vemos que, de una actitud dubitativa,
donde la crisis todavía no mostraba su verdadera dimensión; se ha pasado a un
escenario más resolutivo con la puesta marcha de medidas adicionales. El
ejemplo lo tenemos en la celeridad con que las empresas han ido incorporando
ciertos servicios higiénico – sanitarios, con la aparición de “distintivos NO
covid”, el desarrollo de campañas especiales dirigidas a levantar el ánimo, la
búsqueda de apoyos financieros y al empleo, la tramitación y gestión de la
crisis, etc., etc.
Paralelamente, y desde las
instituciones se van desarrollando políticas activas y de contención, borradores
sobre nuevos procesos de calidad, se ha ampliado la búsqueda de ayudas y fondos
especiales, se están haciendo importantes esfuerzos para garantizar los viajes
y la movilidad, además de verse incrementadas las relaciones transversales ente
agentes nacionales e internacionales.
Pero parece que todas estas
iniciativas no consiguen frenar la sensación de angustia que el coronavirus ha
generado entre nuestros agentes. Y es que estamos hablando de un momento
enmarañado donde la reactivación económica y social se ve como algo lejano y costoso.
En este sentido sería aconsejable
recordar que, junto a la estructura empresarial, existen países, espacios públicos
y destinos que siguen siendo pieza fundamental en toda producción turística. Y
estos espacios públicos también han de ajustarse a la nueva normalidad. Si no lo
hacen, su maquinaria empresarial seguirá resintiéndose, aunque estén realizando
ímprobos esfuerzos de adaptación.
En el otro lado de la balanza, se encuentra el ciudadano europeo al que le han dotado de un “chip” basado en la salud y el coronavirus, hecho totalmente
trascendental, y que nos obliga a revisar nuestras pautas de comportamiento
como sector.
Se trata de un “nuevo”
ciudadano que, al convivir con ciertos lances se ha vuelto más cauto, previsor
y garantista y que, es muy probable que “exija sin exigir” más servicios de los
contratados y no solamente los vinculados a la salud. Lo que no desea bajo ningún concepto, es que
las limitaciones espaciales y de ocio que se ve obligado a tolerar en su
entorno, se repitan en su destino vacacional.
Por ello, está sugiriendo que se
le dote de una seguridad supranacional, integral e integradora. Una seguridad que,
sin perder su consabido carácter social, llegue a formar parte de los servicios
en destino.
Y es que, para ir adquiriendo una
nueva competitividad, habrá que incorporar procesos “escasamente convencionales” para que formen
parte de nuestro quehacer diario. Competitividad que tome como referencia las
personas y una nueva ética turística. Con ello, se han de ir superando actitudes
predecibles, argumentos escasamente convincentes e iniciativas de maquillaje
que, en nada benefician a una credibilidad que decimos perseguir.
En definitiva, creo que es momento
de que gobiernos y organismos internacionales adquieran un rol mucho más
concluyente en turismo y su seguridad. El fortalecimiento de la vertebración nacional
y europea a través del sector turístico es uno de los retos que nadie puede
obviar.
No creo que sea necesario
recordar que, se trata de un sector muy sensible que nos hace vulnerables ante
cualquier alteración de signo negativo. Lo estamos sufriendo. Pues eso…
4 comentarios:
No hay duda que la afectación por el COVID-19 a afectado y seguirá afectado con mayor fuerza al sector turismo. Sin embargo habrá que buscar la manera en conjunto, empresarios, gobiernos locales, cámaras de turismo y los gobiernos nacionales en realizar acciones conjuntas, no solo para garantizar la seguridad sanitaria de los posibles futuros clientes, sino para insentivar la reactivación de la industria devolviendo la confianza al ciudadano de hospedarse, usar servicios y de viajar. Me gustaría saber que opinas de los certificados de COVID FREE que están empezando a instaurar algunos países. ¿Será que devolverá la confianza a los usuarios?
Hola Jacob. La actividad bturistica debe de reforzar su representatividad sectorial e institucional. Si no, seguiremos dando una sensación de improvisación y yendo a remolque en este caso del coronavirus. Los certificados presentados en muy escaso de tiempo, es un claro ejemplo de que las situaciones extremas nos superan. Certificados interesantes, pero por favor que se presenten en situaciones de normalidad, no cuando el mal ya nos ha superado y nos aprieta. Saludos
Sí claro. Sin duda un intento desesperado de seguir caminando en un momento de inseguridad e incertidumbre.
Jacob, es muy difícil alterar lo establecido. Los agentes turísticos tenemos dificultades para admitir que sería aconsejable reforzar nuestra estructura y relaciones por seguridad en momentos de normalidad y bonanza. Ya que ante cualquier imprevisto, nos vemos superados y sin defensas. Saludos
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