En el actual contexto, la
violencia e inseguridad en la actividad turística internacional es demasiado
amplia y dispersa como para hacerlas frente únicamente desde el propio sector, aunque este contara con los mejores presupuestos y con una decidida voluntad de
luchar contra ellas.
Existe todo un repertorio de
posibles situaciones, de naturaleza turística, no turística, de fuerte y/o
escasa repercusión que nos pueden hacer desembocar en situaciones límite. Repertorio
que conlleva la aparición de considerables dificultades a la hora de formular
estrategias y definir recursos porque no se puede predecir qué situaciones o
realidades se convertirán en auténticas crisis y obstáculos para el sector.
De hecho la mayoría de los
destinos turísticos internacionales han sufrido y soportado diferentes tipos de
crisis, lo que habla de la complejidad y dificultad para poder ser abarcada
integralmente.
Como en cualquier situación
enrevesada, las crisis turísticas se rigen por importantes dosis de
incertidumbre y de impotencia generalizadas. Pero dicha incertidumbre e
impotencia no justifica el no hacer nada o poner en marcha procesos meramente testimoniales.
Aunque no es posible predecir qué
tipo de de violencia e inseguridad puede llegar a afectarnos, la visión e identificación proactiva de
sus posibles expresiones, nos permitirán agruparlas por familias, comenzar a
estudiarlas y con ello, poder contrarrestar sus efectos.
Llegados a este punto, creo
recordar que, en este mismo blog, sugerí en su día que, “el preservar y el realzar las nuevas relaciones con otros agentes ha de
volverse objetivo prioritario para los intereses del sector”
Con ello quería referirme, entre
otros aspectos, a la necesidad de utilizar herramientas de diagnóstico y
evaluación de la crisis turística, no solamente por los agentes del sector,
sino que también lo sean por otras instituciones y colectivos.
Con ello deseo recalcar que la
evaluación de la crisis y de la vulnerabilidad turística es demasiado compleja como
para disponer de una única visión y percepción de la realidad. Compartir puntos
de vista sobre lo que estamos o no preparados, qué aspectos se han descuidado,
no se han tratado, etc., etc., nos permitirá a los agentes y responsables
turísticos identificar carencias en materia de gestión de las crisis
turísticas.
Por lo tanto, la discusión y el
intercambio de pareceres sobre el porqué la actividad turística se ha centrado
en ciertas herramientas y tácticas descuidando a otras, abrirán nuevos
escenarios de mejora en la gestión de estos momentos críticos por violencia e
inseguridad.
Por todo ello, si en la gestión
de las crisis turísticas, solamente operan y están implicados una o dos
instituciones o colectivos, deberemos de preocuparnos, es la primera señal. Y
ello significa que, la institución turística de referencia y el destino al que
representa, son propensos a sufrir los embates de la crisis y de la inseguridad.
3 comentarios:
Disfrutè mucho la lectura de tu post.
Gracias y saludos.
Te voy a seguir ;D
Encantado de que te haya gustado. Espero que podamos seguir en contacto. Es un tema clave para el.presente y futuro de nuestro sector. Saludos. Iñaki
Encantado de que te haya gustado. Espero que podamos seguir en contacto. Es un tema clave para el.presente y futuro de nuestro sector. Saludos. Iñaki
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