En el artículo anterior hacía mención a los “exámenes
periódicos” o reuniones que se ven obligados a tener los responsables del
turismo quintanarroense con los representantes diplomáticos y empresariales de
los principales mercados emisores de turistas.
El motivo, la existencia y contenidos de las llamadas recomendaciones
y alertas de viaje que los gobiernos extranjeros confeccionan para facilitar e
informar a sus turistas sobre las particularidades que pueden encontrar en los
destinos elegidos. Hablamos de un servicio cada vez más tenido en cuenta por la
importancia que adquiere la seguridad cuando se viaja al exterior.
La alta frecuencia de esas reuniones bilaterales, se debe a
que la inseguridad se ha convertido en algo habitual, aunque para los representantes
locales pueda interpretarse como una postura excesivamente censora y de intromisión
en los asuntos internos.
Unas alertas donde para unos, su información sobre la
(in)seguridad queda rápidamente obsoleta y desajustada y para otros, es
necesario mantenerla en el tiempo, lo que penaliza a ambas partes, situación
que no exime a las autoridades del ramo de intentar mejorarla.
En este sentido, a los redactores de dichas alertas se les
debería facilitar su labor, lo que supondría un auténtico desafío por la inusual
disposición a colaborar real y abiertamente desde los destinos, escenario que
permitiría ir superando la desconfianza existente. Por lo tanto, no se ningunee
la labor que desempeñan y búsquense espacios que contribuyan a la mejora y
tratamiento adecuado de las diferentes realidades y noticias.
Y es que, ambas partes persiguen un mismo objetivo; la
optimización de los viajes y estadías de sus conciudadanos - los turistas de
Quintana Roo. Parece que las dudas sobre la credibilidad, sigue revoloteando entre
muchas mentes.
Publicado en la revista Oveja Negra. Cancún, Quintana Roo, México
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