viernes, 30 de abril de 2021

HACIA UN MODELO DE SEGURIDAD TURÍSTICA CIRCULAR

 


Desde hace varios años, se viene hablando de la economía circular, como un modelo que se basa en la sostenibilidad y el aprovechamiento de las materias que conforman la mayoría de los productos y bienes industriales, agroalimentarios, de la construcción y de los servicios.  Experiencia que día a día va ganando adeptos a nivel institucional, empresarial y académico ya que, del actual patrón lineal “de ida” se va tendiendo hacia otro “de ida y vuelta” o de línea circular, a la que la actividad turística se está incorporando gradualmente. 

Economía circular con unos procesos tangibles junto a otros más etéreos e intangibles, pero todos necesarios para su desarrollo, aunque los primeros pueden ser más visibles y comprensibles que los segundos. Por lo tanto, junto al estricto aprovechamiento de las materias también se han de tener en cuenta los “procesos administrativos” que facilitan su implantación y cometido.

Llegados a este punto, ¿la seguridad turística puede ver mejorado su estatus a través de los principios de la economía circular? ¿Se está teniendo en cuenta la seguridad del futuro con unos consumidores – turistas mucho más precavidos y garantistas? ¿Se está considerando que los parámetros de marca, credibilidad y reputación se van a incrementar de manera exponencial y no solamente por motivos de tipo sanitario?

Pienso que está llegando el momento del “aprovechamiento inteligente y coordinado” de algunos de los servicios públicos al objeto de mejorar la realidad turística y de un bien tan preciado como es su seguridad integral. De entrada, sería aconsejable que el sector lo viera necesario, lo que le permitiría identificar con mayor precisión tanto, los posibles riesgos y situaciones de crisis como, a los interlocutores efectivos para esta iniciativa tan ambiciosa.  

Por todo ello, y para recuperar el nivel de competitividad deseado, se ve necesario un mejor aprovechamiento de los recursos propios y ajenos mediante la ampliación de las relaciones con unos nuevos agentes. La deseada adhesión de éstos, es posible que se convierta en su auténtico desafío, ya que existen muy pocas referencias de “colaboraciones orquestadas”.

Partimos pues de los efectos de esta pandemia, con un sector con su propio marco legal que, se ve afectado por otros marcos legales ante los que carece de atribuciones, lo que hace que su labor diaria se vea seriamente condicionada.

Me refiero a la gestión y atribuciones sobre los entornos, lugares donde se dilucida la actividad turística y cuya responsabilidad recae mayormente, en instituciones colaterales. Seria conveniente interiorizar que, con la llegada de esta pandemia, esos entornos están en el punto de mira no sólo por sus atractivos sino por la existencia o no de unas medidas de seguridad mucho más consistentes. 

Deseo señalar las medidas de tipo diplomático, de seguridad policial, sanitaria, judicial, territorial, sectorial y productiva, de movilidad y transporte, de comunicación y marketing, de ciberseguridad, etc., etc., etc. a las que se reconoce sus servicios y presencia en momentos críticos, pero desde la óptica del sector, sería más idónea que su participación se llevara a cabo dentro de un contexto más estructurado.   

En este caso, y a través del modelo circular, se trataría de incorporar más nítidamente a esas u otras áreas en lo que denomino, “colaboraciones circulares” con el objetivo de ir reforzando el hecho turístico mediante la creación de un sistema que le dote de nuevas herramientas y de más valor y reconocimiento a todas las partes intervinientes. 

Está en juego y lo reitero, la marca, la credibilidad y la reputación porque seguirán siendo los factores determinantes de competitividad social y sectorial, aunque para ello se deban tener en cuenta una seguridad más personificada y enlatada. Algo tan importante que creo, que la urgencia e importancia de su tratamiento queda fuera de toda duda.  

En definitiva, el futuro del turismo y su seguridad tenderá a darse mediante la redefinición de su estructura de funcionamiento y de una mayor vinculación con agentes y corporaciones que están muy cerca, vamos, entre nosotros.

 

  

 

 

  


jueves, 1 de abril de 2021

TURISMO – COVID; “EL TURISMO Y LOS TURISTAS IMPORTAN”

 


El sector turístico lleva un año sobrexpuesto, soportando múltiples vaivenes a un ritmo vertiginoso y copando infinidad de primeras páginas, con el agravante de una gestión que se ve enturbiada y que tiene serias dudas sobre cómo mantener el trazo de su presente y futuro.   

Si antes de la crisis, para que un turista accediera a su destino ubicado entre unos 1000 y 5000 mil kilómetros, era necesario el engarce de diferentes servicios turísticos y no turísticos, internos y externos y públicos y privados; con la llegada del Covid 19, muchos de ellos se vuelven del todo inservibles.  

Además, y ante cualquier pequeño resquicio de esperanza que da la pandemia e invita a poner en marcha procesos muy concretos y finalistas, surgen situaciones y escenarios de tipo social, ético y humanitario, sanitario, económico, de convivencia, de seguridad integral, de movimiento de personas, trámites fronterizos y diplomáticos, medidas restrictivas de todo tipo, horarios cambiantes, etc., etc. que llegan a abortar esos pequeños brotes verdes.   

Y atención, que nadie ponga en duda que se han de priorizar las recomendaciones sanitarias ante otras de diferente naturaleza, incluidas las turísticas y terciarias. Pero esta crisis sanitaria, ha derivado en una crisis turística de dimensiones catastróficas que requiere de un tratamiento diría que singular, tanto en su estricta parte sectorial, como a la hora de aunar voluntades con los agentes y escenarios antes señalados u otros hasta ahora no identificados. 

Ante este conglomerado de intereses y servicios que inciden en su actividad, ¿cuál es la capacidad que tiene el sector para interrelacionarse con todos ellos y velar por sus intereses?  La ansiada vacuna ¿se convertirá en el bálsamo que todos desean y punto? ¿las relaciones pretéritas volverán a ser suficientes? O ¿deberán de ir aderezadas de esos u otros factores que es probable que vengan para quedarse?

Estas dudas son visibles en la mayoría de las realidades nacionales e internacionales, dando la sensación que el sector se encuentra vinculado ¿y supeditado? a voluntades e intereses externos y colaterales. Pensemos que los desplazamientos, estancias y desarrollo de experiencias ociosas y recreativas siempre han estado ahí, aunque en cada época se han ido dando de diferente manera, en función de las infraestructuras, tecnologías y de las correspondientes condiciones sociales.

Una de las enseñanzas que nos esté dejando el Covid 19, es el anhelo que muestran, pongo como ejemplo a los turistas alemanes, hacia las Islas Baleares, que es algo a conservar y actualizar. Son auténticas muestras de un vínculo, de un deseo por regresar a su hogar – destino vacacional, de volver a anidar en él durante periodos de tiempo ya trillados. Y esa querencia ha de ser tenida en cuenta entre las (nuevas) condiciones sociales alemanas, españoles y hasta de la propia Unión Europea.

Condiciones que consideren que, la gestión finalista de la producción y consumo a través de las personas - turistas, es mucho más compleja y sensible que la de otros procesos productivos. Que son sujetos diferentes país y destino, ciudadano europeo y turistas, seguridad en los productos contratados y seguridad en los destinos, transporte de mercancías y transporte de personas y turistas, sanidad ciudadana y turística, etc, etc,. 

Y que dicha singularidad exige de una visión y tratamiento especial y añadido. El no hacerlo, está suponiendo que las instituciones europeas se estén viendo desubicadas y sin las herramientas y políticas precisas para superar los efectos de esta crisis y posibles situaciones venideras.

Creo que es un momento adecuado para esclarecer que no se trataría de duplicidades, sino en auténticas necesidades. Sería cuestión de revisar y definir cuál o cuáles son esas condiciones partiendo de una posición incuestionable que, “el turismo y los turistas son lo que realmente importan”.