Foto: Fernando Iglesias
Nos
está tocando vivir tiempos donde las relaciones y la comunicación se están
viendo coartadas por actitudes cada vez más insolentes e irrespetuosas, donde diferentes
colectivos y personas evitan y omiten la emisión de hechos y realidades
tangibles, con tal de tener la oportunidad de ver reflejadas sus opiniones en los
medios digitales. Admito que son la parte más llamativa y cotidiana, que no la
única, de unos potentes medios.
Opinión
y medios donde la palabra Posverdad (palabra del año 2016 según el Diccionario
Oxford) se ha convertido en un término de referencia a través de la cual, se
priman las emociones y las creencias particulares, frente a los hechos y
situaciones objetivas.
Así,
se va consolidando el principio de “que algo que aparenta ser verdad es más
importante que la propia verdad”. Y todo ello con el objetivo de anteponer ciertas
ideas preconcebidas e intuitivas, a cualquier proceso riguroso y generador de noticias.
Hablamos
de unos medios que se hacen más visibles porque disponen entre otras
facultades, la de desarrollar situaciones con altas dosis de maquinación, lo
que les convierte en algo preocupante y de difícil control para muchas personas,
intereses y colectivos.
·
Permiten el uso de titulares llamativos y no muy
extensos.
·
Facilitan el despliegue de este tipo de
noticias, pasando de clickear a compartir.
·
Fueron diseñados para facilitar la distribución
y por lo tanto, “no están obligados” a revisar discursos incisivos,
afirmaciones contradictorias, noticias falsas, exageradas y engañosas, etc.
·
Favorecen las noticias más populares y fáciles
de digerir sin comprobar la fiabilidad de la fuente.
Así este
magnífico canal de comunicación es capaz de facilitar, entre otros aspectos, la
difusión de contenidos interesados y no ajustados a hechos constatables
vulnerando con ello, el factor ético que ha de estar presente en la elaboración
de toda noticia o comunicado.
Teniendo
en cuenta el intrusismo de los medios, de la denominada post verdad y su fácil
acceso a todo tipo de campos y escenarios; creo que pueden llegar a influir en
la actividad turística. Sus acciones de marketing y de comunicación, el
posicionamiento de las marcas y hasta la seguridad de los destinos, pueden verse
condicionados por este nuevo comportamiento informativo.
Y puede
llegar a influir, porque han aumentado las posibilidades de opinión y observación
del turista final que, hasta hace poco, se basaban en la clásica relación entre
las campañas de marketing y la respuesta que ante ellas, tomaban los mercados y
turistas. Por lo tanto, dichas relaciones entre oferta y demanda
turísticas se están viendo alteradas porque ambas esferas viven en un “mismo
entorno informativo”. Ambas pueden acceder a un mismo nivel de información de
destinos y de mercados.
Esto
no quiere decir que las acciones de proyección, comunicación y de marketing vayan
a desaparecer, sino que su influencia se está viendo alterada por ese aumento
del poder de observación claro, inmediato y desde cualquier parte del planeta.
Así,
los medios que antes facilitaban la penetración, el posicionamiento y la marca de
los destinos e intereses, ahora también permiten a mercados y turistas, penetrar en sentido
inverso y no tienen porque hacerlo con las mejores intenciones.
Llegados
a este punto y para hacer frente a este nuevo desafío, considero aconsejable revisar
las fuentes creíbles, seguras y contrastadas que conforman la base de todo
destino e interés turístico competitivo.
Desafío
- revisión que ha de ir orientada a preservar los elementos referenciales básicos
de todo destino e interés sectorial, la divulgación del sistema turístico que
impere, la veracidad de sus contenidos y el derecho de elección de los mercados emisores y de los turistas sin trampas ni cortapisas.
Para
ello y finalmente, ha de primar la no ocultación de lo turísticamente relevante, entre los
destinos y mercados y viceversa, sin que esa facilidad de acceso llegue a alterar
los derechos, y se reitera, de los destinos y de los turistas finales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario