Artículo invitado de Ximena Jimeno, experta en turismo sostenible de Bolivia.
La decisión de los turistas para elegir un destino se
asienta en tres factores esenciales: la motivación, el dinero, y el tiempo. La
falta de algunos de ellos impide que el desplazamiento turístico se realice. Sin embargo, actualmente, a esta fórmula se le ha añadido
la seguridad como un factor decisivo.
Una persona, previamente a su viaje, se va a informar
sobre el estado actual del destino, sus atractivos y servicios, pero también
sobre la documentación de ingreso requerida, la accesibilidad y los problemas
sociales, políticos y de seguridad ciudadana, etc.
Al ser la seguridad un factor subjetivo en los seres
humanos, las autoridades deben considerar de forma integral los riesgos
físicos, psicológicos, ambientales, delincuenciales, de salud o sociales que
podrían afectar a la experiencia turística, para antelarse y dar respuestas
inmediatas, a través de políticas que permitan generar confianza en el destino.
Una localidad turística que posea condiciones de
recepción, prevención, control y auxilio para los turistas, garantizará de
alguna forma, un desplazamiento tranquilo y gozará de una mayor oportunidad
para incrementar su flujo turístico.
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