Este es el título y subtítulo de una
noticia que aparece en la página digital del diario español ABC, basada en
una información de la agencia EFE fechada el 12 de noviembre del 2012.
De nuevo, un hecho lamentable incide en las que tenían que
haber sido unas vacaciones lúdicas, atractivas y festivas de un grupo de
jóvenes en Tailandia. Estoy convencido que los responsables turísticos
tailandeses hicieron un esfuerzo estratégico para atraer a esos u otros
turistas a tan maravilloso país y destino. Por contra, esos mismos agentes y
otros colaterales, reaccionaron lenta y torpemente ante un hecho lamentable.
Frente a lo inhumano del mismo, se ha de añadir la escasa
sensibilidad del sistema judicial, sectorial y hasta policial del destino
turístico tailandés que, dota de una amplia impunidad al supuesto ejecutor de
un hecho desgarrador. Esta situación tailandesa nos hace pensar que si la
persona agredida hubiera sido una joven del lugar, posiblemente la impunidad
del delito y del agresor hubiera sido aún mayor.
En este caso, es el padre de la joven turista violada el que
tiene que hacer un esfuerzo adicional e imaginativo para sensibilizar y dar a
conocer un hecho deleznable a nivel internacional. La potente difusión y repercusión
del hecho a través de las nuevas tecnologías es lo que hace reaccionar a las
autoridades nacionales y turísticas tailandesas. De nuevo tarde y mal.
Se percibe que han primado los intereses turísticos cortoplacistas
nacionales, ante la garantía de calidad integral que se debe asegurar a todos
sus clientes, sus turistas. Y más en momentos críticos, en los que el servicio
humanitario ha de prevalecer al servicio turístico pactado. El mover ficha ante
el temor del castigo que pueden infligir los mercados emisores habla a las
claras de que “se reacciona”, pero de que “no se actúa” de manera preventiva y
paliativa.
El disponer de los servicios paliativos y preventivos de
seguridad turística, hubiera permitido a Tailandia y a su sector turístico
ofrecer un servicio acorde con la gravedad de un hecho que sabemos que ya es
irreversible, pero que por ello, requiere de un tratamiento, de un tacto y de
una sensibilidad muy por encima de la que se ofreció.
Acciones de este tipo enturbian los grandes atractivos del
sudeste asiático, y en concreto, Tailandia. La mejora en este tipo de
servicios, no solamente beneficiará a los
turistas, sino que la propia ciudadanía tailandesa percibirá los efectos
positivos de esta iniciativa. El objetivo es claro: que no vuelva a ocurrir, y
si ocurre, que las respuestas sean de otra naturaleza, más acordes con lo que
realmente se requiere poner en marcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario