La iniciativa de incorporar a la actividad turística unos espacios físicos tan singulares y sensibles como las favelas de Rio de Janeiro supone un salto cualitativo de suma importancia para su realidad sectorial, y por extensión, para Brasil como destino turístico paraguas. En mi opinión, es un hecho tan relevante que se está convirtiendo en algo noticioso y generador de grandes expectativas dentro del turismo internacional.
Esta nueva situación ha de llevar consigo la implicación de los responsables sociales y del sector turístico local y nacional, que deben asumir nuevos procesos integrales e integradores. Entre sus objetivos deben figurar la reconversión de estos espacios, la mejora de los equipamientos y servicios (que no puede reducirse a la presencia de las Unidades de Policía Pacificadora), la creación de empleo, el aumento de la riqueza y el nivel de vida, y la reducción de la conflictividad social para hacer compatible y saludable la vida preexistente con la presencia de los visitantes y turistas, sobre todo de cara a organizar con éxito el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Partiendo de esta base, se generarán nuevas vivencias turísticas que incidirán en las economías de las favelas, al convertirse en nuevos espacios sociales y productivos, vía actividad turística.
Por añadidura, el éxito de esta iniciativa tan rica en matices redundará en la mejora de la percepción de Rio de Janeiro como ciudad y como destino, y por supuesto, en su seguridad social y turística.
Seguiremos con suma atención este gran reto.
Reportaje relacionado en El País
Noticia relacionada en EFE
Por añadidura, el éxito de esta iniciativa tan rica en matices redundará en la mejora de la percepción de Rio de Janeiro como ciudad y como destino, y por supuesto, en su seguridad social y turística.
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