miércoles, 24 de abril de 2019

COMO SUPERAR LAS ACTITUDES TOXICAS DE LOS DESTINOS




De forma expresa, y a través del conjunto de artículos colgados en este blog, he intentado transmitir mis conocimientos y opiniones sobre la inseguridad, basándome sobre todo en el comportamiento de los agentes, colectivos e instituciones turísticos y colaterales. Y deseo continuar haciéndolo, ya que determinadas formas de gestión pueden llegar a convertirse en contrarias y hasta tóxicas para los objetivos que se declaran perseguir.

Esa peligrosa y en muchos casos, “inconsciente toxicidad” parte de una violencia negativa e injusta con el sector, lo que genera que la mayoría de sus responsables:

·         Deseen escuchar solamente opiniones positivas del destino.
·      Utilicen reiteradamente estudios y tácticas donde se reflejen “afirmaciones positivas sobre el sentir general” y, a ser posible, sin que nadie les contradiga.
·     Adopten una conducta que no expresa claramente estar en desacuerdo con otras posibles vías de intervención, evidenciando una actitud de resistencia y de ralentización
·    Consideren que se puede mantener la zona de confort y la fidelidad de los mercados con los automatismos ya existentes.
·         Estén convencidos de que los hechos violentos se han de ceñir a sus objetivos.
·     Veneren la seguridad integral pero sigan sin definir sus (nuevos) métodos y colaboradores externos. 
·     Por otro lado, el espectro turístico no deja de ser corporativo, bastante endogámico y remiso a relacionarse con otros agentes sociales.
·         Asimismo, existen otros colectivos e instituciones que también dan muestras de corporativismo, de endogamia y siguen siendo remisos a entenderse con el sector y a su alta dependencia de la seguridad. 

En definitiva y entre sus agentes:

ü  Se va consolidando una percepción deformada entre lo que se desea y la realidad integral del sector - país, lo que les causa enormes frustraciones.
ü  Se van habituando a todo un conjunto de actitudes perjudiciales que les hacen recelar de casi todo, pero en el fondo, tienen una gran necesidad de ser aceptados.
     

Para que estas actitudes vayan siendo sustituidas por otras,y con ello, ir superando los frenos y la “toxicidad establecida”, sería conveniente que:

Ø  La búsqueda y consolidación de la auténtica seguridad integral obligue a modificar los hábitos y las relaciones establecidas.
Ø  Se ha de evitar que la implicación por la seguridad se convierta en un episodio incómodo y que pueda ser manejado por meras “iniciativas de maquillaje” y de corto recorrido 
Ø  El escenario perverso que supone la inseguridad, ha de ser combatido desde la objetividad porque se pretende alcanzar la mayor credibilidad y virtud posibles entre la sociedad, los mercados y las personas – turistas.
Ø  En la ofensiva por la recuperación de la seguridad ha de primar la armonía para que, las tesis que provienen de otras esferas, estilos e intereses, posibiliten el engarce entre sociedad y sector. Desarrollo de novedosas evaluaciones que superen la actual falta de consideración.
Ø  Para doblegar la inercia negativa que soportan muchos destinos es aconsejable templarse, dotarse de voluntad de dialogo y rebatir y, así evitar prejuicios, ofensas y quejas.
Ø  Templarse para no contribuir con más agresividad a la agresividad que ya sufre la actividad por la violencia e inseguridad.
Ø  Evitemos responder a los ataques e incomprensiones, ni siquiera con ironía. Pero a la vez, se ha de ser capaz de exponer y centrar la realidad y el contexto socio – turístico.   
Ø  Es aconsejable poner freno, no solamente a las alertas que causan la inseguridad entre los mercados sino, a las propuestas y argumentos de insuficiente valor y ética que frecuentemente se presentan desde los destinos.
Ø  En lo relativo a “lo que hay que decir y lo que hay que callar”, es muy probable que todas las partes se pongan de acuerdo pero, eso no les exime de tener que forjar hechos y argumentos mucho más sólidos y convincentes.

En definitiva, la violencia es tóxica y genera reacciones tóxicas entre los que se ven afectados por ella.
Pero a partir de ese principio, el menor grado de toxicidad en las actitudes e intervenciones del sector; garantizan un mayor nivel de credibilidad, algo fundamental en todo país – destino competitivo. 
Es una apuesta necesaria para superar la violencia e inseguridad. La clave sigue estando en el país y destino, entre todos sus agentes, sociales y turísticos.  


lunes, 8 de abril de 2019

SUPERAR LA ANSIEDAD QUE GENERA LA INSEGURIDAD EN EL SECTOR





En la mayoría de los destinos el estigma de la inseguridad se ha ido convirtiendo en uno de sus trastornos más acuciantes aunque, en algunos casos, la percepción externa no sea lo alarmante que llegan a considerar sus responsables turísticos.
Además, se va extendiendo una visión colectiva sobre la incidencia de la seguridad en la producción de experiencias y servicios turísticos.  A las ya reconocidas acciones de promoción y de relaciones públicas, se van uniendo otras estrategias para evitar ser rehenes de esa violencia que tanto afecta. Se trata de procesos de mejora para superar el tabú y los trastornos emocionales que soportan muchos agentes público - privados.
En este sentido, lo que se persigue es que “se bucee en nuestro propio yo” algo que,  habitualmente se evita por temor a nuestra fragilidad y por creer que somos y estamos en peores condiciones que el resto de los destinos e intereses. 
Dentro de este contexto, y a la utilización de argumentos de seguridad turística y mercantil, sería conveniente añadir la visión de otros campos que tengan la capacidad de motivar mediante nuevos alegatos.  
Y es que se debe interiorizar que la falta de seguridad es un  problema más complejo de lo que se piensa. Por ello, y si no se suman aditivos, el embalaje de la seguridad turístico – mercantil se convierte en un asunto poco atractivo que es rechazado reiteradamente.  
Inseguridad y su correspondiente ansiedad que conviene diseccionar para definir el mejor tratamiento posible. Así y ante esa ansiedad que nos domina:
·      Debemos centrarnos en la incidencia que la inseguridad genera en nuestra personalidad, conciencia y forma de comportarnos. Ante esa inestabilidad que parece que no tiene prisa en desaparecer y nos hace más inseguros y dubitativos; intentemos tomar las riendas aunque sea dificultoso. Por favor, y sobre todo, admitamos que tenemos un problema. Así de simple y de sencillo.
·   Debemos centrarnos en lo que condiciona nuestro interés profesional. Analizada la situación, es posible que la raíz del problema no sea turístico, sino más bien social o de otra naturaleza. Pero, ¡¡¡es nuestro problema!!! ¡¡¡no huyamos!!! No engañarse, y ser consciente que la situación. Se ha de realizar un esfuerzo añadido y por favor, que no sea ni testimonial, ni basado en una dejación de funciones ni esté lleno de evasivas.
·   Debemos centrarnos en las relaciones que se han de crear ante esta situación de inseguridad. Utilizar las herramientas y técnicas de destinos sin violencia no son suficientes y su reiteración no nos lleva al escenario deseado. Con ello, el comportamiento sectorial clásico se convierte en una “postura tóxica” para si mismos. Se han de identificar otros agentes y redes que nos apoyen. Ellos también necesitan de nuestra compañía.
·    Debemos centrarnos en la alteración que se da en el entorno y en la implicación del sector. Ese país – destino contiene los atractivos que forman la base de nuestra producción y que pueden verse alterados – no alterados, por lo que debe de primar la intervención en su entorno socio - sectorial. Y es que sigue  estando en juego la generación de una mayor calidad de vida, de oferta, empleo y riqueza.
·       Debemos centrarnos en una comunicación con contenidos más fiables y resolutivos. Por ello, la vulnerabilidad existente no debe de convertirse en una oportunidad permanente de marketing. La innovación deberá dar paso a una mayor gama de productos y de servicios, reflejando comportamientos emocionales, la renovada actitud profesional, la nueva red de colaboradores y la apuesta por un entorno más controlado y generador de nuevas oportunidades.

En definitiva, la ansiedad basada en el temor y en el inmovilismo deberá de dar paso a un nuevo compromiso, lo que reforzará nuestra autoestima y credibilidad personal y profesional.