martes, 23 de octubre de 2018

ESTABLECIENDO REDES; TURISMO Y SEGURIDAD


Como he hecho referencia en otras ocasiones, las administraciones están creadas de forma vertical y teniendo muy definidas sus funciones y cometidos. En ese escenario, el sector turístico ha estado postergado porque su propia naturaleza atomizada y transversal, sigue sin ser comprendido generando con ello, cierto incomodo y vacilación entre el resto de las áreas públicas.

A ello se ha de añadir que, las estructuras públicas se está viendo superadas por las nuevas tecnologías que tienden a la desubicación, descentralización y a fomentar las relaciones horizontales y en red. Esta particularidad, horizontal y en red, se asemeja a las características  de nuestro sector, lo que explica su rápida adaptación a estas nuevas herramientas.
Ello ha dado paso a una cierta exaltación aventurando con ello escenarios futuros factibles y positivos. Y además, las nuevas tecnologías podrían venir a zanjar la perenne debilidad de la mayoría de las instituciones turísticas. 
Ya más en concreto, las redes sociales han supuesto un vuelco en el tratamiento de las actividades de proyección y de marketing turísticos, lo que ha permitido a muchos destinos alcanzar un grado de notoriedad muy a tener en cuenta.
Pero paralelamente tanto avance y éxito, hace que surja una pérdida  y/o alteración sobre los procesos técnicos ya que las redes imponen unos métodos y comportamientos indiscutibles y que todavía no se reconocen como los más fiables y adecuados. Para alcanzar una mayor familiarización, estaría bien que ciertos mecanismos se incorporen, pero siempre desde la óptica que “las nuevas tecnologías están a servicio del sector y de sus instituciones” y no en sentido contrario.   
Además, cuando se ha gestionar la inseguridad y la violencia en los destinos, las nuevas tecnologías son vistas con cierta distancia porque pueden tener la facultad de “entrometerse y proyectar” realidades y escenarios poco recomendables. Ese temor sobre el tratamiento y reflejo de la inseguridad en las redes, hace que entre los responsables aniden dos posturas muy diferenciadas; por un lado, el inmovilismo como mal menor y por otro, el refuerzo de las acciones de proyección de los destinos desde una “posición de total normalidad y competitividad” intentando con ello, solapar ciertas realidades y carencias.
Pero la sola utilización de las redes para acciones de promoción y de marketing, no es suficiente a la hora de solucionar al problema de la seguridad social y turística. Y es que, para los destinos que conviven con situaciones de violencia, estas acciones no suponen más que dotarse de un maquillaje puntual y momentáneamente favorecedor.
En este sentido, deseo reiterar que la esencia de las redes sociales está basada en la horizontalidad, en compartir conocimiento y responsabilidades, en la interconexión entre distantes y diferentes y en la inmediatez en las respuestas; factores todos ellos clave para el manejo de la seguridad de cualquier destino turístico.
Por lo tanto, las nuevas tecnologías pueden desarrollar todavía procesos mucho más valiosos y novedosos. Así, la inseguridad hace que los destinos vivan atemorizados por la realidad y su proyección en las redes, pero como contrapartida; la utilización estratégica de esas mismas redes nos puede ayudar a mitigar sus causas y efectos.

Escenario que nos lleva a reflexionar sobre el uso que se le puede dar a esta herramienta. Un uso que obligue a un diseño previo y conforme a las auténticas necesidades en materia de seguridad social y sectorial.

Para ello, los responsables deberán definir qué elementos y funciones componen esta nueva red y una vez concretadas; los dispositivos creados ya se encargarán de que los (nuevos) automatismos simplifiquen y faciliten nuestro día a día.

Finalmente, esa simplificación puede ser interpretada como una debilidad del ya escaso poder de las actuales estructuras turísticas pero, esta (nueva) conexión se ha de traducir  en oportunidad de acceso muy fluido al conjunto de componentes transversales que forman parte de toda realidad turística y de seguridad. Fortalecimiento institucional  con otras instituciones y sector privado.

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