lunes, 23 de marzo de 2015

Túnez país; Túnez destino turístico.





De nuevo un acto terrorista indiscriminado ha roto muchas de las esperanzas que los tunecinos habían depositado en su nuevo tiempo social, político y también turístico. Un acto bárbaro que está condicionando la vida y las relaciones de un país que estaba y está llamado a convertirse en referente social y político entre sus vecinos del mundo árabe.
La masacre del Museo de El Bardo ha tenido una gran repercusión a nivel internacional que, desde el punto de vista turístico, supone un lastre para los objetivos marcados por sus responsables, tanto públicos como privados, ya que todos son conscientes, que la violencia y el terrorismo es la causa principal del descenso en las cifras y en el nivel de competitividad sectorial.
Así, en todos los medios de comunicación a los que he tenido acceso, se aprecia una opinión unánime al diagnosticar la actividad turística tunecina.  Según dichos medios, el sector turístico tunecino ha quedado gravemente afectado por este hecho insólito. Por derivación, muchos de los países árabes de la región, también se están viendo condicionados negativamente.
A ello se ha de añadir que, las recomendaciones de viajes, desde los más variados travel warning hasta gran parte de los ministerios de asuntos exteriores de los países emisores sugieren; desde tomar rigurosas precauciones hasta, desaconsejar rotundamente todo tipo de viaje, visita y estancia a Túnez y por extensión, a los países limítrofes.
Ante este escenario, es lógico pensar que la seguridad de Túnez como país y como destino, se está volviendo indispensable si desea alcanzar las cotas de competitividad de no hace mucho tiempo.
Una seguridad de tipo preventivo y paliativo, donde las mejoras en la seguridad nacional deban de priorizarse para poder contrarrestar, cuanto antes, la violencia e inseguridad generada por el terrorismo islamista. En este sentido, es posible que ya se esté realizando un esfuerzo extraordinario para desarrollar todo un sistema de seguridad que abarque el país y que tenga como objetivo prioritario este tipo de violencia.
Estoy convencido que la paulatina erradicación de dicha violencia, mejorará sustancialmente la actividad turística nacional.
Pero considero que, dentro de las mejoras de ese hipotético sistema de seguridad nacional, sería aconsejable que se tuvieran en cuenta los procesos de seguridad propios de la actividad turística, algo determinante para alcanzar un futuro más prometedor y productivo.
Recordemos que la seguridad del sector turístico no supone, solamente, el desarrollo de un servicio social y humanitario, sino que, sin dejar de serlo, forma parte de su particular “sistema de producción sectorial” y por lo tanto, muy vinculado a la competitividad y calidad de su estructura institucional y empresarial. Servicio de seguridad turística que todos los mercados, intermediarios y turistas lo exigen con insistencia y asiduidad.
El comenzar a pensar en la necesidad de integrar un sistema de seguridad turística en el sistema de seguridad nacional, supondrá un gran avance de incalculables efectos positivos.    Pensar en las demandas de seguridad del  sector, a través de las demandas de sus turistas e  intermediarios, supondrán un salto cualitativo con gran incidencia en la credibilidad e imagen de país y de destino turístico.       
La remodelación y modernización de las estructuras y dotaciones policiales, de salud, de emergencias, las diplomáticas y de justicia, las fronterizas, de transporte, de comunicación y proyección, de atención etc., etc., etc. no tienen porqué entrar en contradicción con las demandas y servicios que exigen los turistas y visitantes. Es más, la doble exigencia que ello comporta, no hará sino que facilitar la actualización y simplificación de servicios y procesos, no solamente a los turistas y visitantes, sino a los propios ciudadanos tunecinos.   
Por contra, el no integrar la seguridad turística en la estructura de seguridad nacional, supondrá un freno y una escasa comprensión de lo que demanda la actividad turística internacional.
En definitiva, considero que Túnez ha tocado fondo. A partir de ahora, la actividad turística tunecina está en disposición de mejorar su realidad y su estatus, dentro del país y entre los mercados emisores más significativos. Estoy convencido de sus posibilidades. Es su momento. 

martes, 3 de marzo de 2015

El servicio de la Policía de Turismo y la Comunicación e Información.


 
   
Hablar de la relación entre el servicio policial y la actividad turística, puede dar la sensación   de que se habla de dos mundos antagónicos. Ello es debido a que el servicio policial se basa normalmente, en la prevención de ciertos escenarios, carencias, debilidades, peligros y riesgos que, difieren de una actividad turística muy vinculada al ocio, la recreación, el hedonismo, el tiempo libre y vacacional, etc.  
Pero el desarrollo de una sociedad avanzada y transversal, va exigiendo un servicio policial cada vez más especializado en el ámbito turístico, lo que tiende a conectar a ambas esferas. Dentro de dicha conexión y entre los servicios que se prestan, se deberá de tener en cuenta,  el “factor de la comunicación y de la información”, como un componente diferencial y significativo del servicio de seguridad turística.    
La visión que se tiene de la información y de la comunicación, desde el ámbito policial,  ha de posibilitar la existencia de “puntos de encuentro y coincidencia en la comunicación e información” que se necesita y se demanda desde el ámbito turístico.
El alcanzar ese punto de encuentro, es vital para los intereses turísticos y para el armonio y necesario servicio policial turístico. La reputación e imagen son decisivas para la competitividad del sector. En este sentido, el transmitir las acciones y procesos de un servicio de atención y de seguridad a unos destinatarios predefinidos; debe de convertirse en algo cotidiano, superando con ello esa idea de poder llegar a generar un “alarmismo exacerbado” entre los mercados, turistas y visitantes.
 Factor de comunicación  e información que, para que tenga el éxito deseado, requiere de un esfuerzo estratégico y creativo donde se tengan en cuanta:
A)     La relevancia de dicha comunicación e información. Se trata sencillamente  de que se cree una conexión emocional entre la policía o servicio policial turístico y el turista o visitante, mediante la transmisión del mensaje adecuado a la persona o personas adecuadas, centrándose solamente en la relación “uno a uno”.  
B)      La oportunidad de la comunicación e información. La oportunidad se revela como la extensión de la relevancia antes citada. Mensaje adecuado en el momento adecuado. Mensajes que podrán ser esperados o inesperados pero que, al ser mensajes oportunos, serán  muy tenidos en cuenta.
C)      La relación policía turística y turista / visitante. Aquí lo importante es de quien procede el mensaje. La policía o el servicio policial turístico debe de transmitir mensajes personales como brazo ejecutor  de un servicio  que se ha dado, que se da o se puede dar en un futuro más o menos próximo.
D)     La frecuencia en la comunicación e información. Los hechos y las situaciones que se den, van a ir definiendo la periodicidad a desarrollar en cada caso. Los resultados netos de esta comunicación e información se convertirán en un elemento muy beneficioso para los intereses policiales y turísticos de los destinos. 
E)      La selección de los vehículos de comunicación. Las nuevas tecnologías están aquí presentes, la combinación de las mismas, junto con otras herramientas y procesos, nos permitirán acceder “personalmente” a cada turista, representante e intermediario, según la importancia, gravedad y singularidad de cada situación.
F)      El valor percibido del servicio policial en materia de seguridad turística. Partiendo del punto anterior, se desea que el servicio de seguridad turística “llegue” a los destinatarios clave, los turistas y sus representantes. Una comunicación del servicio que alcanzará una alta consideración entre los mismos, ya que es un servicio que no demanda recompensas, ni ganchos, ni contrapartidas, lo que le dotará de un alto valor emocional. Los turistas y sus representantes tendrán la sensación de que son apreciados como individuos y no solamente como clientes, lo que permitirá a los destinos ampliar y construir nuevas relaciones, aspecto decisivo para su futuro inmediato. 

   Todos estos apartados propios del sector, del servicio policial y de su comunicación, posibilitarán que la seguridad turística disponga de un mayor reconocimiento, encaje y adaptación a los requerimientos del sector y de su sistema de producción, favoreciendo con ello, su paulatina especialización o "turistización"