lunes, 23 de febrero de 2015

La Policía de Turismo. Una cuestión de Calidad y de Buenas Prácticas.




 
En el artículo anterior, se hacía mención a la necesidad de disponer de un servicio de policial de turismo, a través de cuerpos especialmente creados para tal fin o a través, de otros cuerpos policiales, al objeto de ofrecer sus servicios a las demandas de los visitantes y turistas, sobre todo, en momentos de crisis e inseguridad.
Y es que la actividad turística internacional, ha posibilitado la mejora y modernización de muchos países por la gran dotación realizada en infraestructuras, equipamientos y servicios. Entre las mismas, se está abriendo paso el servicio de seguridad turística, como elemento de calidad indispensable. Su dimensión y protagonismo puede parecer menor, pero su incidencia transversal en el clima social de los destinos la hace ser cada vez más notoria e imprescindible.
Policías y servicio turístico de seguridad que, ante las reiteradas necesidades y demandas se va consolidando y generando una mayor fiabilidad entre los mercados, algo decisivo para la suerte y el devenir de la competitividad de los destinos.
Para que dicha fiabilidad adquiera el nivel deseado, se ve aconsejable apostar por la puesta en escena de los denominados  “parámetros de calidad y de buenas prácticas” en materia de seguridad turística.  
Parámetros de calidad que, debido a la singularidad del hecho turístico, exigen el “desarrollo de criterios especiales” presentes en toda “adaptación y/o mejora permanente” para ir alcanzando “la excelencia y el estatus” que a este servicio le debe de corresponder.

Criterios, adaptación y mejora que contemple:

a)      Un personal debidamente dotado y formado conforme a los requerimientos propios de la actividad turística.
b)      El conocimiento de los procesos y disposición del material y herramientas necesarias. Definición del conjunto de servicios y funciones a desempeñar. Medidas informativas, preventivas, paliativas...
c)      La definición de servicios fijos, móviles e itinerantes. Instalaciones y equipamientos en espacios elegidos ad hoc.
d)      La definición interna y externa del servicio. Back y Front Office.
e)      La interconexión con los diferentes intereses, agentes y colectivos previamente definidos.
f)       La generación de información para ser utilizada estratégicamente como valor añadido por los respectivos intereses turísticos y colaterales.
g)      La identificación de nuevas demandas y servicios que se deberán de ir incorporando para disponer de  un “servicio de seguridad turística con un mejor acabado”
h)      El desarrollo de buenas prácticas excelentes. El reconocimiento de ciertas funciones y servicios prestados con alto valor profesional y emocional.
i)        La capacidad de poder dar seguimiento y control a tiempo real al conjunto de servicios que se prestan en materia de seguridad turística.
j)        Y todo ello, desde una actitud basada en el tacto y discreción necesarios. En definitiva, se impone un “Saber hacer” + “Saber estar” en materia de seguridad turística.

La conjunción y el desarrollo de toda esta batería de servicios de seguridad turística, le dotará al destino de un marchamo de calidad y de un carácter humanitario indispensable y cada vez más reconocido, tanto interna como externamente.  

Un servicio policial de seguridad turística orientado sobre todo hacia el turista extranjero, no por una cuestión de privilegio, sino porque carecen del conocimiento de los procesos a seguir y porque, en el caso de los turistas nacionales, como ciudadanos de ese mismo país, la legislación y normativa nacional existente ya contempla la cobertura necesaria.

Pero, es posible que un exitoso servicio policial de seguridad turística, podría llegar a ser implantado en otros servicios dirigidos al conjunto de la ciudadanía, como ya ha ocurrido con otros servicios y equipamientos que, creados por motivos turísticos, han tenido una incidencia positiva en la mejora del país y en el conjunto de los servicios de sus ciudadanos.  

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