miércoles, 25 de junio de 2014

La seguridad turística. Hacia la implantación de multitareas cotidianas





La gestión de la seguridad turística no se ha de limitar al desarrollo entrelazado de unas pocas  funciones, sino que debemos de ser conscientes de una mayor dimensión para mejorar y llegar a alcanzar mayor notoriedad en un escenario turístico cada vez más exigente y competitivo.
Ya nos estamos dando cuenta que, realizar y sincronizar esas escasas tareas y disponer al unísono de una auténtica credibilidad como destino, es algo muy difícil de hacer compatible.
Como resultado, muchos turistas, viajeros, agentes locales y comunicadores van advirtiendo el desequilibrio existente entre la promoción y publicidad de esos destinos y las diferentes realidades y vivencias que de los mismos van surgiendo.
Como no puede ser de otra manera, Los responsables de los destinos, de los servicios turísticos y compañías privadas intentan y seguirán intentando mitigar los efectos negativos que aparezcan en esa materia.
Por otro lado, pensemos que los viajes y desplazamientos seguirán realizándose con cierta asiduidad, lo que hará que todo turista y visitante perciba como inconcebible la no existencia de una seguridad turística diseñada expresamente para él/ ella.
Con una exigencia cada vez más presente  por parte de los turistas finales, la capacidad de diseñar y disponer de un servicio de seguridad turística multidisciplinar se me antoja del todo imprescindible.
Y es que estamos hablando de la capacidad que vayan disponiendo los destinos e intereses turísticos para prestar varios servicios de seguridad turística a un tiempo y así compensar y dar respuesta realmente a las vivencias negativas que se vayan generando.
Las nuevas tecnologías son un factor decisivo a la hora de ofrecer y desarrollar multitareas en un mismo tiempo. Es posible que los servicios normalmente unidireccionales que se ofrecen ante un hecho delictivo, aumenten su eficacia si están interconectados con otros servicios que se presumen también imprescindibles.
Por el contrario, lo más probable es que tengamos que vernos diariamente con nuestros propios límites, y tener que seguir dando respuestas y servicios incompletos además de dar la sensación que el servicio es del todo compacto y suficiente.
Los cambios de comportamiento se irán dando paulatinamente, ya se dan, pero los propios gestores se dan cuenta de lo insuficiente de muchos de ellos. Tiempo al tiempo, aunque sería conveniente que fuéramos cada vez más dueños de la gestión del tiempo en materia de seguridad turística.

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