martes, 17 de junio de 2014

Dominemos la comunicación en momentos de crisis. No esperemos, tomemos la iniciativa.





 Como se ha expuesto muchas veces, la comunicación en momentos de crisis, se convierte en uno de los factores clave de nuestra suerte y devenir turístico. El que seamos tan dependientes de una buena reputación e imagen, nos obliga a tener que ajustar muy a menudo procesos, actitudes y caminos a tomar.
 
En este sentido, una mala decisión en materia de comunicación puede echar más leña al fuego, generando con ello más alarma y negatividad de la que se esté soportando. 

Como intereses y destinos turísticos, en esos momentos críticos, el adelantarnos y tomar la iniciativa de informar y comunicar un hecho negativo y desagradable, nos puede dotar de una alta credibilidad, evitando con ello, los comentarios, versiones distorsionadas y rumores que nos pueden perjudicar, más si cabe.

Un adelanto en la comunicación por parte de los destinos e intereses turísticos afectados requiere de un gran coraje y determinación ya que normalmente, se intenta evitar y tapar este tipo de problemas, surgiendo una indefinición y parálisis a la hora de comunicar / no comunicar.

Ese adelanto en la comunicación de la crisis debe de ir acompañado de una serie de premisas que será necesario tener en cuenta:
  • a)      Las personas son lo primero, tanto los turistas como los agentes del destino que se hayan visto involucrados. Debiendo exponer e informar sobre la situación acaecida.
  • b)      En esta premisa deberemos de concentrar nuestra comunicación y por supuesto, nuestra línea de actuación más inmediata.
  • c)      Expuesta y controlada esta prioridad, y si la crisis provoca más de un problema, deberemos de decidir cuál es el más urgente para intervenir y comunicar sobre el mismo.
  • d)      Para ello, contemos con nuestro equipo de colaboradores y tratemos de encontrar entre las diferentes opciones, la mejor.
  • e)      Procuremos que nuestro tono y actitud transmitan que se está controlando la situación.
  • f)       Demos a entender que aceptamos todo tipo de sugerencias constructivas y relevantes, pero que no se tiene tiempo para debates estériles.
  • g)      Finalmente, no perdamos la perspectiva de la realidad turística habitual y cotidiana. Nos ayudará a mantener la calma y pensar con cierta lógica.
Aunque muchos puedan considerar lo contrario, este tipo de comunicación incide y refuerza positivamente las políticas de marca y de reputación de los destinos y de los servicios que, desde los mismos, se ejecutan y emiten.

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