martes, 21 de mayo de 2013

La seguridad turística al servicio del turista y de los intereses turísticos de los destinos

Estratégica y tácticamente, es conveniente reflexionar sobre el papel a desempeñar por la seguridad en la actividad turística. Para empezar, la sensibilidad y la necesidad de apostar por la seguridad turística se está ampliando y asentando a nivel general. Sin embargo, su implementación no se está realizando de manera homogénea, sino que las características y realidades sociales y sectoriales de los destinos condicionan cada uno de sus desarrollos.
 

Existen carencias estructurales de todo tipo y una apuesta por la seguridad más estética que real, que provocan que la seguridad turística, aún creciendo, deba dar un salto cualitativo y cuantitativo, si realmente desea alcanzar una implementación óptima.
 
La seguridad turística se encuentra en este escenario de reivindicación y mejora de sus prestaciones a nivel internacional, y esta situación puede hacer que se pierda la perspectiva de la propia seguridad turística.
 
Me explico; en muchos casos, los agentes que participamos en la seguridad turística estamos tan ensimismados con nuestro día a día, con la necesidad de consolidarnos y de vernos reconocidos dentro de las propias estructuras turísticas nacionales, que podemos llegar a perder la perspectiva y las metas que la seguridad turística persigue. Esta perspectiva ha de ir unida inexcusablemente a los intereses turísticos nacionales y los procesos de calidad que todo turista exige y requiere, también en seguridad turística.
 
El perder la perspectiva nos puede desorientar más de lo que ya estamos y nos puede hacer pensar que la seguridad turística es un fin en sí mismo, cuando la realidad nos dice que la seguridad turística es una herramienta de gran valor táctico y estratégico para los intereses turísticos de los destinos y de las naciones.
 
Por lo tanto, se ha de asumir con humildad y con auténtica voluntad de servicio, que los que conforman el entramado de seguridad turística, tanto los que provienen del campo turístico como los que provienen de otros colectivos e instituciones colaterales, deben interiorizar que forman parte de un engranaje más amplio, que persigue la competitividad de un sector económico clave como es el sector turístico.
 
El no hacerlo, hará que se creen pequeños islotes administrativos y de funcionamiento que en nada benefician al sector y a la seguridad a la que supuestamente se representa.  

1 comentario:

David dijo...

Creo que las instituciones publicas, no destinan la cantidad de recursos necesarios para dar una confianza plena al turista en la ciudad que visita. Al margen de la complejidad que supone el bienestar turístico en base a su seguridad, se debería tener mas en cuenta el impacto económico que supone el turismo. Por otro lado, en muchos países, entre ellos España, no poseen un código penal coherente con el que combatir los delitos (normalmente hurtos) que sufre nuestro turismo, quizás son cosas que habría que plantear seriamente, ya que el esfuerzo de los agentes de seguridad, en muchas ocasiones queda mermado por el mismo sistema. Nosotros tenemos una empresa dedicada al intercambio de casas de uso y disfrute vacacional y vista la problemática en seguridad, planteamos la convivencia vacacional como una solución al problema para el turista.