martes, 13 de noviembre de 2012





Este es el título y subtítulo de una noticia que aparece en la página digital del diario español ABC, basada en una información de la agencia EFE fechada el 12 de noviembre del 2012.

De nuevo, un hecho lamentable incide en las que tenían que haber sido unas vacaciones lúdicas, atractivas y festivas de un grupo de jóvenes en Tailandia. Estoy convencido que los responsables turísticos tailandeses hicieron un esfuerzo estratégico para atraer a esos u otros turistas a tan maravilloso país y destino. Por contra, esos mismos agentes y otros colaterales, reaccionaron lenta y torpemente ante un hecho lamentable.


Frente a lo inhumano del mismo, se ha de añadir la escasa sensibilidad del sistema judicial, sectorial y hasta policial del destino turístico tailandés que, dota de una amplia impunidad al supuesto ejecutor de un hecho desgarrador. Esta situación tailandesa nos hace pensar que si la persona agredida hubiera sido una joven del lugar, posiblemente la impunidad del delito y del agresor hubiera sido aún mayor.

En este caso, es el padre de la joven turista violada el que tiene que hacer un esfuerzo adicional e imaginativo para sensibilizar y dar a conocer un hecho deleznable a nivel internacional. La potente difusión y repercusión del hecho a través de las nuevas tecnologías es lo que hace reaccionar a las autoridades nacionales y turísticas tailandesas. De nuevo tarde y mal.

Se percibe que han primado los intereses turísticos cortoplacistas nacionales, ante la garantía de calidad integral que se debe asegurar a todos sus clientes, sus turistas. Y más en momentos críticos, en los que el servicio humanitario ha de prevalecer al servicio turístico pactado. El mover ficha ante el temor del castigo que pueden infligir los mercados emisores habla a las claras de que “se reacciona”, pero de que “no se actúa” de manera preventiva y paliativa.

El disponer de los servicios paliativos y preventivos de seguridad turística, hubiera permitido a Tailandia y a su sector turístico ofrecer un servicio acorde con la gravedad de un hecho que sabemos que ya es irreversible, pero que por ello, requiere de un tratamiento, de un tacto y de una sensibilidad muy por encima de la que se ofreció.

Acciones de este tipo enturbian los grandes atractivos del sudeste asiático, y en concreto, Tailandia. La mejora en este tipo de servicios, no solamente  beneficiará a los turistas, sino que la propia ciudadanía tailandesa percibirá los efectos positivos de esta iniciativa. El objetivo es claro: que no vuelva a ocurrir, y si ocurre, que las respuestas sean de otra naturaleza, más acordes con lo que realmente se requiere poner en marcha.

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