jueves, 9 de diciembre de 2010

Inseguridad por alteración del medio natural vs. Inseguridad producida por el hombre

La seguridad en la actividad turística se puede ver alterada por diferentes motivos. El caso de una alteración física o medioambiental en un destino es un claro ejemplo de lo que hablo. Los terremotos, las erupciones, los tsunamis, los tornados, los ciclones, etc. modifican claramente los países/destinos turísticos. Estos hechos los vuelven inseguros y por ello se toman medidas extraordinarias para poder contrarrestar los efectos negativos sobre la propia sociedad, los turistas y los procesos de producción de la actividad turística.

Junto a este tipo de inseguridad, existe otro tipo: la producida por el hombre de forma premeditada y dirigida hacia bienes, propiedades, servicios y personas. Se encuentra producida por personas y debe ser solucionada por personas. En muchos casos la raíz de este tipo de violencia e inseguridad posee un origen muy dispar, de tipo religioso, político, social, territorial, económico, etc. Puede pensarse que estas problemáticas son ajenas a la actividad turística, sin embargo ésta se ve condicionada por dichos hechos. En estas situaciones, también se toman medidas para intentar evitar males mayores.

Los efectos sobre la actividad turística pueden parecer los mismos en un caso y en otro, pero la percepción externa es totalmente diferente. Mientras en el primer caso se genera una corriente de solidaridad, simpatía y apoyo al país o zona devastada, en el segundo caso se genera un rechazo hacia dicho destino. El motivo radica en que los potenciales turistas y visitantes se ven reflejados en los males y desgracias que han tenido que soportar sus semejantes.

En ambos casos, la llegada a un escenario de normalidad puede alargarse en el tiempo y resultar tortuosa, pero tengamos en cuenta que las situaciones de inseguridad provocadas por la voluntad del hombre, añaden una percepción de rechazo en el exterior que significa una traba incuestionable a la competitividad.

jueves, 2 de diciembre de 2010

El futuro de Río de Janeiro pasa por la seguridad

Hace unos meses en este mismo blog, hacía referencia a las grandes expectativas que suponía la incorporación de las favelas como nuevo escenario donde desarrollar e implantar parte de la actividad turística de Río de Janeiro. Adelantaba que la recuperación de dicho escenario iba a llevar consigo la mejora integral de los equipamientos, de los servicios y del clima social existente en el mismo.

En este sentido surge la noticia de que el ejército ha invadido dichas favelas con el objetivo de requisar un amplio alijo de droga. Esto puede dar la sensación de que se está trabajando en sentido contrario a las expectativas creadas con anterioridad. Sin embargo, el presidente Lula se mostró confiado en que los operativos policiales y militares podrán reducir la violencia y derrotar al crimen organizado en Río de Janeiro, ciudad que, no lo olvidemos, albergará la final de la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Dentro de ese contexto, esta operación y otras que se llevarán a cabo, son parte de los procesos de mejora integral que requieren dichos espacios y eventos.

Desde mi punto de vista, hemos de darnos cuenta de que subyace una doble reivindicación y demanda en toda esta iniciativa: por una lado la propia ciudadanía carioca desea ver mejorado su escenario social y vital, y por otro lado, existe una reivindicación externa que se da al tener que preparar la ciudad para dar acogida a un extraordinario volumen de turistas y visitantes atraídos por los eventos antes citados.

Como vemos, la actividad turística fomenta el desarrollo y la mejora en la calidad de vida de muchos destinos. Una mejora en la que los procesos de seguridad también están incluidos.